viernes, 14 de noviembre de 2014

Rodolfo Walsh y la prensa proletaria

El periodista argentino impulsó varios proyectos informativos al servicio del pueblo que se convirtieron en referentes de la comunicación alternativa


Camilo Rueda Navarro

Rodolfo Walsh (1927-1977) fue un escritor, periodista y combatiente argentino desaparecido por la última dictadura militar gaucha. Sobresalió por su trabajo literario y por sus investigaciones “Operación Masacre” y “¿Quién mató a Rosendo?”, presentadas en formato de novela de no ficción, precursoras del “Nuevo Periodismo”.

Pero además de su obra literaria y sus destacados escritos, Walsh emprendió a lo largo de su vida varios proyectos de prensa proletaria, en particular durante su militancia en organizaciones peronistas en los últimos años de su vida. A pesar de su corta duración, fueron experiencias valiosas que aún sirven como referente para el periodismo alternativo y popular.

Además de Prensa Latina, la agencia creada en Cuba junto con otros periodistas como Jorge Masetti y Gabriel García Márquez, Walsh participó de proyectos como el Semanario CGT, el diario Noticias y la agencia Ancla.

El “Semanario CGT” 

El primero de mayo de 1968 nació el Semanario CGT, un periódico ideado por la Confederación General del Trabajo de los Argentinos (CGT de los Argentinos o CGTA) que aglutinaba al movimiento sindical que se negó a pactar con la dictadura de Juan Carlos Onganía.

Bajo la dirección de Walsh, el semanario se concibió como “el órgano de los trabajadores, con el que los trabajadores deben colaborar, enviando sus noticias, sus quejas y sus denuncias, colaborando para que llegue, como sea, al último rincón de la República”.

El Semanario CGT buscó ser una publicación con un diseño atractivo para el lector y que no apelara al lenguaje del panfleto para comunicarse con el pueblo trabajador.

Se buscaba una prensa “que estuviera bien escrita y mejor diagramada y sobre todo, que cada número no fuera un inventario de denuncias sino un testimonio de los hechos y del proceso histórico que los gesta”, explica Lilia Ferreyra, viuda de Walsh, sobre la experiencia de ese semanario.

Dicho periódico circulaba todos los jueves a un precio popular y en cada número Walsh publicaba los avances de sus investigaciones periodísticas, como el artículo “¿Quién mató a Rosendo García?”, una pesquisa que después se convertiría en uno de sus grandes trabajos.

Esos textos se convirtieron en el libro “¿Quién mató a Rosendo?” (1968), en el que Walsh relata el asesinato de Rosendo García, dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica, ocurrido el 13 de mayo de 1966 en la confitería La Real, en la localidad de Avellaneda. Gracias a su investigación de los hechos y al testimonio de sobrevivientes, señaló al dirigente gremial Augusto Timoteo Vandor como responsable.

Pero el Semanario CGT no estaba exento de los problemas y las contradicciones políticas que vivía el movimiento obrero. El peronismo recomendó desmontar la CGT de los Argentinos, que luego terminaría aislada políticamente hasta su disolución, suerte que también corrió su semanario.

El diario “Noticias” 

En 1972, Walsh decide vincularse a las organizaciones politicomilitares de la izquierda peronista. Militó primero en las Fuerzas Armadas Peronistas y luego en los Montoneros.

Al año siguiente surge la ocasión de conjugar su oficio militante con el oficio periodístico. Se trata del proyecto de crear un periódico peronista, el diario Noticias, con el que se buscaba ganarle lectores a las grandes publicaciones y constituirse en una herramienta política amplia con una mirada de izquierda.

“La idea era sacar a la calle un producto bien editado, que fuera más allá de los tópicos de la militancia y pudiera meterse como una cuña en los problemas cotidianos del común de la gente”, registran los periodistas Hugo Montero e Ignacio Portela en su libro “Rodolfo Walsh: los años montoneros”.

Noticias vio la luz el 21 de noviembre de 1973 gracias a la labor de un equipo integrado por Walsh, Juan Gelman, Horacio Verbitsky y Francisco Urondo, entre otros.

Walsh tenía bajo su cargo la sección de Policiales, donde trataba temáticas como el surgimiento de las bandas paraestatales como la Alianza Anticomunista Argentina o “Triple A”, o la asistencia técnica y financiera que adelantaba la CIA en el país.

En Noticias, Walsh implementó algunos criterios periodísticos de interés, como los siguientes: a excepción de las columnas de opinión, las notas no iban firmadas y generalmente eran de construcción colectiva.

Además, la consigna para todo su equipo era salir a la calle y cotejar los datos con los partes policiales y los cables de las agencias de prensa, identificando contradicciones.

A la hora de redactar, evitaba las oraciones largas y rebuscadas. Más bien apelaba al mensaje conciso y directo, dejando el dato novedoso en la cabeza de la noticia. También eliminaba todas las metáforas e hipérboles en busca de un lenguaje directo y nítido, pues se trataba de llegar al público más popular posible.

Noticias llegó a tener un tiraje de 100.000 ejemplares, pero empezó a ser blanco de la guerra sucia. Una bomba estalló frente a la redacción, sus periodistas se convirtieron en objeto de seguimiento y finalmente recibió la orden de clausura por parte de las autoridades el 27 de agosto de 1974.

Ancla y “Cadena Informativa” 

Con el advenimiento de la dictadura militar (1976-1983), Walsh ideó e implementó dos proyectos informativos que lograron posicionarse a pesar de los rigores del régimen militar.

El primero fue la Agencia de Noticias Clandestina (Ancla), una herramienta comunicacional que le permitió a Walsh y a su equipo trabajar protegidos por la clandestinidad. Producía material periodístico que priorizaba la información dura y prescindía de la opinión y el panfleto agitativo.

Ancla se respaldaba en datos concretos y evitaba manipular la información con fines propagandísticos. Esta fue una generalidad de Rodolfo en su trayectoria periodística. “Los medios de información ideados por Walsh no se hacían eco de consignas y adjetivos despegados de la realidad”, explica su compañero de lucha Horacio Verbitsky.

Ancla tenía una red de colaboradores y con ellos recababa información sobre la represión de la junta militar. Renunció a tener un alcance masivo pero a cambio procuraba llegar a todas las redacciones de medios nacionales e internacionales y a un público clave, incluyendo a los propios mandos militares.

Los temas que abordó Ancla fueron la situación de los presos políticos, las rivalidades al interior de las fuerzas armadas y la censura en el periodismo argentino. Varios medios reprodujeron algunos de sus reportes.

Por su parte, Cadena Informativa fue un proyecto casi que personal. A partir de datos precisos, Walsh redactaba informes con los que buscaba “romper el cerco informativo” que había implantado la dictadura.

El primer número circuló en diciembre de 1976 y convocaba a su público lector a reproducirlo por diversos métodos y distribuirlo en forma de cadena para romper el aislamiento.

El 24 de marzo de 1977, al cumplirse el primer aniversario del golpe militar, Walsh publica su texto “Carta abierta de un escritor a la Junta Militar”, en el que denuncia los crímenes que venían cometiendo los militares. Al día siguiente, el periodista es cercado por los militares y muere baleado en la calle. Su cuerpo fue desaparecido.

Los informes de Ancla y de Cadena Informativa siguieron circulando por obra de sus compañeros hasta finales de 1977. Aunque algunos de sus escritos desaparecieron, su obra prevaleció y hoy es clave en la memoria histórica latinoamericana, todo un modelo para el periodismo popular.

sábado, 16 de agosto de 2014

I Was Made for Lovin' You (Kiss)

 "I Was Made for Lovin' You" es una canción interpretada por la banda Kiss, lanzada originalmente en su álbum Dynasty en de 1979.

   

El sencillo alcanzó la posición 11 en las listas de popularidad de la revista Billboard y fue muy exitosa en Australia y Europa.

La canción está altamente influenciada por el estilo de la música disco, uno de los géneros más populares en los Estados Unidos a finales de los años 1970.

El guitarrista y vocalista Paul Stanley dijo que escribió "I Was Made For Lovin' You" porque quería una canción sumamente exitosa para la banda.

sábado, 19 de julio de 2014

Nicaragua: Multitudinario recibimiento al nuevo gobierno

Expropiación de los bienes del clan Somoza: primera medida de la Junta de Reconstrucción Nacional




Por Ángel Luis de la Calle
Enviado especial de El País

Managua, 21 de julio de 1979

La primera decisión del nuevo gobierno de Nicaragua, que a las seis de la tarde de ayer celebró su primer Consejo de Ministros, fue la expropiación de todos los bienes de la familia Somoza. El correspondiente decreto que lleva el número uno de la era de la revolución fue dado a conocer en un acto divulgado a todo el país por radio y televisión. El simbolismo de este acto marcó el principio y la filosofía de la nueva administración.

El viernes fue el día de la conjunción en Managua de los representantes de todas las fuerzas que han contribuido a la derrota del somocismo. A mediodía se celebró, en la que ahora se llama plaza de la Revolución, un acto de masas para recibir oficialmente a la Junta de Reconstrucción Nacional y para tomar juramento al gabinete ministerial. Miles de personas se concentraron en la plaza y ofrecieron a los combatientes del Frente Sandinista y a los integrantes del Gobierno una prueba de adhesión y respaldo absoluta. La Junta llegó por carretera, procedente de León, acompañada por columnas de guerrilleros sandinistas de los que organizaron una nueva administración política en aquella ciudad hace más de un mes. El jueves por la noche, y desde Costa Rica, habían llegado buena parte de los miembros del nuevo gabinete nicaragüense, comandantes del Ejército nacional y personalidades latinoamericanas, además del embajador norteamericano William Bowdler y del diputado español Miguel Angel Martínez, representante del PSOE y de la Internacional Socialista.

Poco a poco la ciudad recobra la normalidad posible en estos casos. La dirección del Frente ha organizado los servicios indispensables: control del tránsito, comunicaciones, suministros de agua y luz y distribución de alimentos.

Han aparecido muchos espontáneos armados que hacen aún peligrosa la circulación nocturna. El toque de queda sigue vigente. Los comandantes sandinistas tienen el propósito de desarmar a los irregulares, tarea realmente dificil, en la toma de los cuarteles las armas se han distribuido sin control.

Todavía no hay capacidad analítica ni perspectiva suficiente para saber por dónde van a ir los pasos del nuevo régimen. Hasta ahora las declaraciones de los dirigentes han sido muy moderadas. Pero aún no se han oído las voces de los miembros más radicales, como Tomás Borge, el gran ideólogo de esta revolución, o Daniel Ortega. Un combatiente de base nos decía ayer en el aeropuerto que, en su opinión, el 90% de los guerrilleros ven con desconfianza a la Junta de Reconstrucción Nacional, pero que sus armas están alertas para corregir cualquier desviación del rumbo revolucionario.

De cualquier modo, la impresión general es optimista. Los primeros pasos de la nueva situación se han dado con realismo, mesura y, dentro de lo que cabe, orden. La radio y la televisión hacen constantes llamamientos a los combatientes para que sean disciplinados.

El mundo se está volcando ya en la ayuda a la Nicaragua atribulada y destruida. La presencia aquí de representantes de gobiernos extranjeros es una señal muy favorable del apoyo internacional que van a recibir los nicaragüenses. Dentro de este contexto se espera la llegada la semana próxima de Felipe González. Es posible que viaje también a Managua una representación del más alto nivel de la Internacional Socialista.

Otro aspecto que apoya la impresión optimista de que hablábamos al principio es la ausencia de episodios de venganza o represalia contra los vencidos, que no hubieran sido extraños dada la dureza de la lucha armada y el carácter represivo del régimen somocista. Prácticamente no ha habido ejecuciones sumarias en esta etapa de la nueva situación a pesar de informes alarmistas que afirmaban lo contrario. Ya funciona, aunque de manera rudimentaria, una estructura mínima de administración de la justicia. No hay tribunales populares. Los mismos comandantes del FSLN han señalado con énfasis que esa importante tarea corresponde a los tribunales ordinarios que el gobierno designe.

sábado, 12 de julio de 2014

Argentina: En manos de un DT peronista y militante

Perfil de Alejandro Sabella, un entrenador setentero y que sueña con armar el equipo del pueblo.



Por Marcelo Rodriguez

Alejandro Sabella era derecho. Y era diez. En el fútbol, el código secreto del talento se mide por el lado más hábil para patear; los zurdos son los distintos, los elegidos. Era chico y era diez y era derecho y empezó a patear todos los días con la otra pierna, contra una pared. Hasta que Sabella se hizo zurdo. Y más grande, de izquierda.

“Militaba allá por el 73, cuando estaba en la facultad junto a mis compañeros. Ibamos los sábados a distintos barrios carenciados y trabajábamos en zanjas para levantar paredes, compartiendo jornadas con toda la juventud peronista y el resto de los movimientos populares”, recordó el entrenador de la selección argentina a la revista La Garganta Poderosa en la edición de este mes. No lo dijo en un lugar cualquiera. Sabella eligió el medio y el momento. Su grito de tapa fue ante comunicadores que viven en las villas Zavaleta y 31.


Como un costurero que cose pasado y presente, desnudó su costado político: el mensaje de quien declamó hace casi tres años que quería formar el equipo del pueblo. Una paradoja: al Mundial no llevará al jugador del pueblo. Carlos Tevez se quedó afuera aun con el viento a favor soplado por cierto sector político. Daniel Scioli hasta lo pidió públicamente. Sabella, sin embargo, se aferró a su manual: el todo por encima de las partes. El hombre que se define políticamente como “progresista” lo dejó en claro desde su comienzo como técnico de la Selección: repitió conceptos como “generosidad”, “humildad”, “sentido de pertenencia”. La liturgia peronista al servicio de un equipo moldeado con sus principios. Tevez fue la pieza incorregible.

Nacional y popular

Sabella estudió dos años de Abogacía en la UBA por culpa del fútbol. Si hubiese sido compatible con su profesión, su militancia habría tenido otro epicentro: la Facultad de Medicina. A Sabella le interesaba curar.

Ese espíritu de servicio lo refrendó cuando La Plata fue La Atlántida. Cubierta de agua, la ciudad soportó entre el 2 y el 3 de abril del año pasado su peor inundación. La casa de Sabella en Tolosa tiene dos plantas y fue una minisede para organizar la ayuda; el living donde ve y analiza partidos se llenó de ropa y alimentos para los evacuados. Un sentido práctico para enlazar con la teoría: “Siempre hay que ponerse en el lugar del otro”, dice.

A La Garganta Poderosa le recalcó que “el progresismo es una palabra muy amplia”. Y habló de la distribución de la riqueza, de una sociedad más justa e igualitaria. “Este gobierno es el que más ha pensado en un país más federal, más distributivo, para que puedan tener acogida los que menos tienen”, sentenció.

Sus declaraciones no son teñidas por el medio. En junio de 2012, en Olé le pidieron que eligiera un político. “Néstor Kirchner”, dijo. Aunque a principios de ese mismo año había señalado en El Gráfico que Chacho Alvarez había sido el último referente con el que se había identificado.

Cristina Fernández también forma parte de su colección de estampitas políticas: “No tuve el honor de hablar con la Presidenta. Me gusta políticamente, pero decir que tengo una charla pendiente con ella sería presuntuoso de mi parte”. Sabella busca referencias y milita por un grupo de jugadores que entre junio y julio será la patria. Un equipo unido y organizado.

La bandera

Si los únicos privilegiados son los niños, Messi es la concesión del entrenador que hace cuarenta años colgó en su casa un cuadro de Juan Domingo Perón. El niño mimado de Sabella no habla mucho pero dice demasiado en la cancha y con su actitud. En el entorno del técnico de la Selección cuentan que el diez interpreta la esencia de lo pretendido. Sabella conoce el doble juego: su futbolista fetiche ejercita su ego, pero es solidario; es millonario, pero tiene hambre; es el mejor del mundo, pero prioriza el equipo.

Messi es su Belgrano, el prócer que reivindica: “Allí tenemos la bandera creada por Manuel Belgrano”, dijo el 5 de agosto de 2011, cuando asumió, dentro de la sala de conferencias de la AFA. “El dio todo por la Patria, dejó su sueldo, murió pobre. Es el ejemplo a seguir: el de poner el bien común por encima del individuo”.

Perón y Verón

La placenta de su vida clase media no le impidió conocer la realidad más allá de sus comodidades. En su infancia vivió en Vidt y Paraguay, en Palermo, aunque considera a La Plata como su lugar en el mundo. Desde la capital de la provincia de Buenos Aires dio encendidos discursos cuando Estudiantes festejó un título local y uno internacional. En 2009 tomó el micrófono y en un sincretismo entre Perón y Raúl Alfonsín arengó al pueblo pincha, tras obtener la Libertadores: “Siento en mis oídos la más maravillosa música… la casa está en orden”. Un año más tarde, con la obtención del Apertura, salió al balcón del Palacio Municipal: “Somos un grupo de jugadores hermanados en la solidaridad. Estudiantes, una vez más, es Estudiantes de la patria”.

La identidad es lo intangible

La obsesión de un hombre y esa búsqueda definen a Sabella. Alguna vez lector de la revista El Descamisado, el técnico nac & pop nació en 1954. Recuerda la proscripción del peronismo y la convivencia “con esa cultura popular, el Perón vuelve, Perón vive. Esa escritura en las paredes”.

Cuando se fue de Estudiantes, Juan Sebastián Verón lo subió al bronce: “Es uno de esos personajes que quedan grabados en la historia del fútbol”. Sabella quisiera que no fuera sólo por los resultados deportivos.

Convicciones

En el pizarrón hay nombres; nombres de desaparecidos en democracia. Julio López, Luciano Arruga y Marita Verón son casos emblemáticos que Sabella marca con una tiza. En esa producción de la publicación integrada por 15 asambleas villeras, el DT habla, también, de los desaparecidos por la última dictadura: “Viví parte de esa militancia y siento que ellos han formado parte de una juventud idealista que pensaba en un país mejor y que trabajaba a beneficio del prójimo”.

Con esa impronta, trató de moldear a la Selección que en el Mundial de Brasil será la patria. La patria que Sabella abrazaba en los 70.

* Nota publicada originalmente en la edición impresa del Diario Perfil.

martes, 1 de julio de 2014

Recordamos a Perón a 40 años de su muerte

Juan Domingo Perón (8 de octubre de 1895 – 1 de julio de 1974), caudillo popular argentino.



Clip del programa De Zurda en su memoria.

jueves, 19 de junio de 2014

La RDA dio la sorpresa en Hamburgo

En el Mundial de Alemania 74, la República Democrática Alemana venció a su vecino y anfitrión


Alemania Oriental dio la gran sorpresa de esta Copa del Mundo de 1974 al derrotar por 1-0, con gol de Sparvvasser, a Alemania Occidental, organizador del torneo y uno de los grandes favoritos al título, en el partido que cerró el grupo A. Con este resultado, Alemania Democrática se quedó con el primer lugar en la zona, y dejó a Alemania Federal, el otro clasificado, en el segundo puesto.

En un mundo donde las naciones divididas son moneda corriente, tenemos a las Coreas del Norte y del Sur, a Vietnam del Norte y Vietnam del Sur, lo mismo se aplica para Yemen y la isla de Formosa, el enfrentamiento entre las dos Alemanias, fragmentadas al Oeste (República Federal, RFA) y al Este (República Democrática, RDA), generó extraordinaria expectativa.


Se trató del primer choque internacional entre las dos selecciones alemanes. La rivalidad política e ideológica entre las sociedades capitalistas y comunistas se dirimía en un campo de fútbol, con todo lo que eso significa para un pueblo como el alemán, tan apasionado por este deporte.

Más de novecientos huéspedes de honor asistieron al partido invitados por la FIFA y la organización del torneo. Entre ellos estuvieron el canciller federal, Helmut Schmidt, siete de sus ministros, el presidente saliente de la FIFA, sir Stanley Rous y representantes de la Federación Alemana de Fútbol. Así también, dirigentes de fuerzas políticas de la Alemania occidental y legisladores de diverso signo. Incluso, fueron invitados los embajadores de cada Alemania en el otro territorio, Guenter Gaus, por la RFA, y Miehael Kohl, por la RDA.

La ciudad de Hamburgo, la sede del encuentro, había amanecido en ebullición. Con sus dos millones de habitantes y su puerto, uno de los más grandes de Europa, es una de las ciudades más importantes de la Alemania Federal. Era lógico que allí, y en su estadio el Volkspark, el parque del pueblo, midieran sus fuerzas futbolísticas las dos naciones. Berlín, dividida por un muro como está, fue descartada para evitar que la rivalidad escalara aún más.

Alemania Federal, el país anfitrión, llegaba al partido, con Beckenbauer a la cabeza, ya clasificado para la próxima ronda tras las dos victorias previas, ante Chile y ante Australia, y como uno de los grandes favoritos a quedarse con la Copa del Mundo. Alemania Democrática, por su parte, estaba golpeada por la lesión de Vogel, su extremo izquierdo, y necesitaba sumar para clasificar pero el empate previo entre Chile y Australia, le aseguraron un lugar en la 2da fase. Lo único que había en juego entonces era el honor.

El estadio, como se esperaba, mostró un lleno absoluto de más de 60 mil espectadores. La mayoría, simpatizantes de Alemania Federal. Una minoría, unos tres mil audaces, cantaban y gritaban por Alemania Democrática. La temperatura cálida y el césped de un verde encendido completaban un clima ideal para disfrutar de un gran partido de fútbol.

Pasaron los himnos, el Oriental, primero silbado y luego respetado en silencio, y el Occidental, coreado por una multitud impaciente y exigente como la de Hamburgo. Desde el comienzo, Alemania Federal impuso sus condiciones. Presionó al rival y dominó de forma abrumadora el partido. A los 7 minutos, Grebowski perdió la primera chance, Mueller desperdició un par propias y a los 39 minutos Overath pegó un tiro en el palo.

Alemania Democrática respondió siempre de la misma forma, de contraataque. Al equipo Oriental no le sobra talento, como a sus rivales, pero se hace fuerte en su potencia física y su valentía. Lauek manejaba las respuestas desde el mediocampo, en la última de la primera parte casi convierte. Así, Alemania Democrática le anticipó a su hermana Federal que podía hacerle daño en cualquier momento. La primera parte concluyó sin goles.

La segunda mitad comenzó como había terminado la primera. Alemania Federal dominaba pero sus atacantes fallaban goles cantados, y Alemania Democrática, de contra, amenazaba con convertir.

La frustración se apoderó del equipo Federal. El juego decayó. Hasta Breitner se contagió y comenzó a fallar en los pases. El público de Hamburgo, alterado, comenzó a silbar a su equipo. La imagen recordaba al partido previo ante Australia, cuando Beckenbauer se enfrentó con los simpatizantes que desde las gradas criticaban al equipo por el bajo nivel de su juego.

Los minutos corrían y ambos equipos parecían conformarse con el empate, con no perder este duelo de Alemanias. Pero a once minutos para el final, la igualdad se quebró. Alemania Democrática lanzó otro de sus contragolpes, con Welse como conductor por la derecha. Llegó hasta el borde del área y asistió a Sparwasser, que se escapó a dos defensores y definió a media altura justo cuando Maier, el arquero Federal, intentaba interceptarlo.

El grito de gol Democrático se amplificó en el silencio. Unas banderas pequeñitas se agitaron, con los mismos colores alemanes que las grandes, pero esas eran las Federales. Alemania Oriental se ponía 1-0 a los 34 minutos de la segunda parte.

Alemania Occidental tuvo sólo una chance para evitar la derrota. Un tiro libre que Hoeness disparó con potencia, pero sin precisión, y que Croy, el arquero Democrático, despejó sin problemas. El partido estaba sentenciado. En el final, el festejo fue de unos pocos. Los once de Alemania Democrática saludaron desde el centro del campo ante un estadio que, en su mayoría, estaba desencantado. Los únicos que gritaban eran los tres mil orientales. Acababan de presenciar un verdadero partido de fútbol. Los que iban de punto se quedaron con todo. El triunfo, el primer lugar del grupo y el honor de ganar el primer duelo entre las dos Alemanias.

Tomado de Espn.com

sábado, 19 de abril de 2014

La soledad de América Latina

Discurso de Gabriel García Márquez al recibir el Premio Nobel de Literatura de 1982. Gabo, vestido con un traje típico caribeño, habló de las injusticias de la época con unas palabras que conmovieron al mundo.


Antonio Pigafetta, un navegante florentino que acompañó a Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo, escribió a su paso por nuestra América meridional una crónica rigurosa que sin embargo parece una aventura de la imaginación. Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos parecían una cuchara. Contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen.

Este libro breve y fascinante, en el cual ya se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de hoy, no es ni mucho menos el testimonio más asombroso de nuestra realidad de aquellos tiempos. Los cronistas de Indias nos legaron otros incontables. Eldorado, nuestro país ilusorio tan codiciado, figuró en mapas numerosos durante largos años, cambiando de lugar y de forma según la fantasía de los cartógrafos. En busca de la fuente de la Eterna Juventud, el mítico Alvar Núñez Cabeza de Vaca exploró durante ocho años el norte de México, en una expedición venática cuyos miembros se comieron unos a otros y sólo llegaron cinco de los 600 que la emprendieron. Uno de los tantos misterios que nunca fueron descifrados, es el de las once mil mulas cargadas con cien libras de oro cada una, que un día salieron del Cuzco para pagar el rescate de Atahualpa y nunca llegaron a su destino. Más tarde, durante la colonia, se vendían en Cartagena de Indias unas gallinas criadas en tierras de aluvión, en cuyas mollejas se encontraban piedrecitas de oro. Este delirio áureo de nuestros fundadores nos persiguió hasta hace poco tiempo. Apenas en el siglo pasado la misión alemana de estudiar la construcción de un ferrocarril interoceánico en el istmo de Panamá, concluyó que el proyecto era viable con la condición de que los rieles no se hicieran de hierro, que era un metal escaso en la región, sino que se hicieran de oro.

La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia. El general Antonio López de Santana, que fue tres veces dictador de México, hizo enterrar con funerales magníficos la pierna derecha que había perdido en la llamada Guerra de los Pasteles. El general García Moreno gobernó al Ecuador durante 16 años como un monarca absoluto, y su cadáver fue velado con su uniforme de gala y su coraza de condecoraciones sentado en la silla presidencial. El general Maximiliano Hernández Martínez, el déspota teósofo de El Salvador que hizo exterminar en una matanza bárbara a 30 mil campesinos, había inventado un péndulo para averiguar si los alimentos estaban envenenados, e hizo cubrir con papel rojo el alumbrado público para combatir una epidemia de escarlatina. El monumento al general Francisco Morazán, erigido en la plaza mayor de Tegucigalpa, es en realidad una estatua del mariscal Ney comprada en París en un depósito de esculturas usadas.

Hace once años, uno de los poetas insignes de nuestro tiempo, el chileno Pablo Neruda, iluminó este ámbito con su palabra. En las buenas conciencias de Europa, y a veces también en las malas, han irrumpido desde entonces con más ímpetus que nunca las noticias fantasmales de la América Latina, esa patria inmensa de hombres alucinados y mujeres históricas, cuya terquedad sin fin se confunde con la leyenda. No hemos tenido un instante de sosiego. Un presidente prometeico atrincherado en su palacio en llamas murió peleando solo contra todo un ejército, y dos desastres aéreos sospechosos y nunca esclarecidos segaron la vida de otro de corazón generoso, y la de un militar demócrata que había restaurado la dignidad de su pueblo. En este lapso ha habido 5 guerras y 17 golpes de estado, y surgió un dictador luciferino que en el nombre de Dios lleva a cabo el primer etnocidio de América Latina en nuestro tiempo. Mientras tanto 20 millones de niños latinoamericanos morían antes de cumplir dos años, que son más de cuantos han nacido en Europa occidental desde 1970. Los desaparecidos por motivos de la represión son casi los 120 mil, que es como si hoy no se supiera dónde están todos los habitantes de la ciudad de Upsala. Numerosas mujeres arrestadas encintas dieron a luz en cárceles argentinas, pero aún se ignora el paradero y la identidad de sus hijos, que fueron dados en adopción clandestina o internados en orfanatos por las autoridades militares. Por no querer que las cosas siguieran así han muerto cerca de 200 mil mujeres y hombres en todo el continente, y más de 100 mil perecieron en tres pequeños y voluntariosos países de la América Central, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Si esto fuera en los Estados Unidos, la cifra proporcional sería de un millón 600 mil muertes violentas en cuatro años.

De Chile, país de tradiciones hospitalarias, ha huido un millón de personas: el 10 por ciento de su población. El Uruguay, una nación minúscula de dos y medio millones de habitantes que se consideraba como el país más civilizado del continente, ha perdido en el destierro a uno de cada cinco ciudadanos. La guerra civil en El Salvador ha causado desde 1979 casi un refugiado cada 20 minutos. El país que se pudiera hacer con todos los exiliados y emigrados forzosos de América Latina, tendría una población más numerosa que Noruega.

Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de las Letras. Una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual éste colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte. Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida. Este es, amigos, el nudo de nuestra soledad.

Pues si estas dificultades nos entorpecen a nosotros, que somos de su esencia, no es difícil entender que los talentos racionales de este lado del mundo, extasiados en la contemplación de sus propias culturas, se hayan quedado sin un método válido para interpretarnos. Es comprensible que insistan en medirnos con la misma vara con que se miden a sí mismos, sin recordar que los estragos de la vida no son iguales para todos, y que la búsqueda de la identidad propia es tan ardua y sangrienta para nosotros como lo fue para ellos. La interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios. Tal vez la Europa venerable sería más comprensiva si tratara de vernos en su propio pasado. Si recordara que Londres necesitó 300 años para construir su primera muralla y otros 300 para tener un obispo, que Roma se debatió en las tinieblas de incertidumbre durante 20 siglos antes de que un rey etrusco la implantara en la historia, y que aún en el siglo XVI los pacíficos suizos de hoy, que nos deleitan con sus quesos mansos y sus relojes impávidos, ensangrentaron a Europa con soldados de fortuna. Aún en el apogeo del Renacimiento, 12 mil lansquenetes a sueldo de los ejércitos imperiales saquearon y devastaron a Roma, y pasaron a cuchillo a ocho mil de sus habitantes.

No pretendo encarnar las ilusiones de Tonio Kröger, cuyos sueños de unión entre un norte casto y un sur apasionado exaltaba Thomas Mann hace 53 años en este lugar. Pero creo que los europeos de espíritu clarificador, los que luchan también aquí por una patria grande más humana y más justa, podrían ayudarnos mejor si revisaran a fondo su manera de vernos. La solidaridad con nuestros sueños no nos haría sentir menos solos, mientras no se concrete con actos de respaldo legítimo a los pueblos que asuman la ilusión de tener una vida propia en el reparto del mundo.

América Latina no quiere ni tiene por qué ser un alfil sin albedrío, ni tiene nada de quimérico que sus designios de independencia y originalidad se conviertan en una aspiración occidental.

No obstante, los progresos de la navegación que han reducido tantas distancias entre nuestras Américas y Europa, parecen haber aumentado en cambio nuestra distancia cultural. ¿Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de cambio social? ¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes? No: la violencia y el dolor desmesurados de nuestra historia son el resultado de injusticias seculares y amarguras sin cuento, y no una confabulación urdida a 3 mil leguas de nuestra casa. Pero muchos dirigentes y pensadores europeos lo han creído, con el infantilismo de los abuelos que olvidaron las locuras fructíferas de su juventud, como si no fuera posible otro destino que vivir a merced de los dos grandes dueños del mundo. Este es, amigos, el tamaño de nuestra soledad.

Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte. Una ventaja que aumenta y se acelera: cada año hay 74 millones más de nacimientos que de defunciones, una cantidad de vivos nuevos como para aumentar siete veces cada año la población de Nueva York. La mayoría de ellos nacen en los países con menos recursos, y entre éstos, por supuesto, los de América Latina. En cambio, los países más prósperos han logrado acumular suficiente poder de destrucción como para aniquilar cien veces no sólo a todos los seres humanos que han existido hasta hoy, sino la totalidad de los seres vivos que han pasado por este planeta de infortunios.

Un día como el de hoy, mi maestro William Faulkner dijo en este lugar: «Me niego a admitir el fin del hombre». No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue suyo si no tuviera la conciencia plena de que por primera vez desde los orígenes de la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace 32 años es ahora nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.

Agradezco a la Academia de Letras de Suecia el que me haya distinguido con un premio que me coloca junto a muchos de quienes orientaron y enriquecieron mis años de lector y de cotidiano celebrante de ese delirio sin apelación que es el oficio de escribir. Sus nombres y sus obras se me presentan hoy como sombras tutelares, pero también como el compromiso, a menudo agobiante, que se adquiere con este honor. Un duro honor que en ellos me pareció de simple justicia, pero que en mí entiendo como una más de esas lecciones con las que suele sorprendernos el destino, y que hacen más evidente nuestra condición de juguetes de un azar indescifrable, cuya única y desoladora recompensa, suelen ser, la mayoría de las veces, la incomprensión y el olvido.

Es por ello apenas natural que me interrogara, allá en ese trasfondo secreto en donde solemos trasegar con las verdades más esenciales que conforman nuestra identidad, cuál ha sido el sustento constante de mi obra, qué pudo haber llamado la atención de una manera tan comprometedora a este tribunal de árbitros tan severos. Confieso sin falsas modestias que no me ha sido fácil encontrar la razón, pero quiero creer que ha sido la misma que yo hubiera deseado. Quiero creer, amigos, que este es, una vez más, un homenaje que se rinde a la poesía. A la poesía por cuya virtud el inventario abrumador de las naves que numeró en su Iliada el viejo Homero está visitado por un viento que las empuja a navegar con su presteza intemporal y alucinada. La poesía que sostiene, en el delgado andamiaje de los tercetos del Dante, toda la fábrica densa y colosal de la Edad Media. La poesía que con tan milagrosa totalidad rescata a nuestra América en las Alturas de Machu Pichu de Pablo Neruda el grande, el más grande, y donde destilan su tristeza milenaria nuestros mejores sueños sin salida. La poesía, en fin, esa energía secreta de la vida cotidiana, que cuece los garbanzos en la cocina, y contagia el amor y repite las imágenes en los espejos.

En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte. El premio que acabo de recibir lo entiendo, con toda humildad, como la consoladora revelación de que mi intento no ha sido en vano. Es por eso que invito a todos ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestras Américas, Luis Cardoza y Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre: la poesía.

Muchas gracias.

viernes, 14 de marzo de 2014

Clara y Aída, forjadas en la adversidad

Ambas muestran su pretensión y hablan de una América Latina unida, feliz y con las mismas oportunidades para todos.


Por Armando Neira
Semana.com

Esta semana que termina tuvo tres imágenes poderosas. Una, en Santiago, durante la posesión de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, las también presidentas de Argentina y Brasil, Cristina Fernández y Dilma Rousseff, respectivamente, se hicieron a su lado, le levantaron sus brazos en señal de victoria y mientras sonreían felices recibían una ovación.


La otra también fue en esa capital, la toma de posesión de la nueva mandataria la hacía Isabel Allende, la menor de las descendientes del derrocado presidente Salvador Allende, en su condición de presidenta del Senado. “Es el triunfo de la vida sobre la muerte”, se escuchaba gritar a los manifestantes.


Y una tercera en Bogotá. Clara López y Aída Avella, máximas figuras del Polo Democrático Alternativo (PDA) y la Unión Patriótica (UP) se abrazaron al momento de anunciar su decisión de ir en una sola fórmula para las elecciones presidenciales del próximo 25 de mayo.

¿Qué tienen en común estas cinco mujeres? Sueñan con la justicia social, son de izquierda, han soportado mayúsculos sufrimientos pero ahí están, vivas, sonrientes, valientes. Han sido forjadas en la adversidad.

Cristina vio la dictadura, entre 1976-1983, que en su país desapareció a 30.000 personas; Dilma soportó la tortura en la represión de los militares brasileños. Fue detenida en 1970 y sufrió largas sesiones de maltrato, recibió azotes, fue golpeada hasta que le arrancaron un diente y durante muchas noches era brutalmente despertada en sesiones de simulación de fusilamiento. Michelle, hija de Alberto Bachelet, un general de la Fuerza Aérea, muerto en prisión por su lealtad a Salvador Allende; y de Ángela Jeria, con quien estuvo en la clandestinidad, soportó la tortura junto a su madre. Fue en 1975 cuando ambas fueron detenidas y conducidas a las cárceles más inhumanas. Isabel, por su parte, acompañó a su padre, Salvador Allende, durante el bombardeo al Palacio de La Moneda por parte de los golpistas que comandaba Augusto Pinochet.

Clara López Obregón (Bogotá, 1951) y Aída Abella Esquivel (Sogamoso, 1949) también han sufrido el embate de la violencia. En los años ochenta, por ejemplo, Clara fue asistente personal de Luis Carlos Galán y luego de Jaime Pardo Leal, ambos asesinados por la extrema derecha. Aída, igual desde esa década, es posible que sea la colombiana que a más entierros haya asistido en su vida. Ella ayudó a cargar el féretro de uno a uno sus compañeros de militancia de la Unión Patriótica. 4.000 muertos, todo un partido político desaparecido a punta de asesinatos.

Clara y Aída, empero, se diferencian de las primeras porque no tienen el poder. Es más, algunos analistas incluso apelan al realismo y argumentan que ellas solo formarán parte del paisaje en el tarjetón. Dilma, Michelle, Cristina son hoy las mujeres más poderosas de América Latina.

Y, sin embargo, en ese proceso de creer, de soñar, Clara y Aída continúan adelante. Y recuerdan que lo han intentado desde hace años. Ambas estuvieron en la Asamblea Nacional Constituyente. Clara fue la asistente de Horacio Serpa Uribe, uno de los copresidentes de tan trascendental órgano político. Y Aída cambió la v de su apellido por la b y esa circunstancia le permitió instalar la Constituyente, por ser la primera en orden alfabético. Aunque se hizo una nueva Carta Magna y ambas creyeron que el país sería distinto no ocurrió así. La violencia continuó. Las dos, entonces, buscaron el camino del exilio.

Clara volvió y tuvo una oportunidad magnífica para hacer historia. Llegó al poder junto con el alcalde Samuel Moreno a nombre del Polo en Bogotá. Sin embargo, la corrupción exterminó esa ilusión y de paso acabó con la buena imagen de su partido. Aída regresó y comprobó que la violencia en Colombia es un monstruo de mil cabezas. Fue víctima de un atentando que ella en principio adjudicó a la extrema derecha, pero que después se comprobó había sido obra del ELN, Ejército de Liberación Nacional.

Y a pesar de todo conservan la fe intacta. Este viernes han decidido unir sus nombres en medio de más adversidad: las encuestas que las mantienen rezagadas y los electores que les han dado la espalda como se comprobó en las elecciones del domingo 9 de marzo.  Los últimos sondeos para las elecciones presidenciales le auguraban a Clara apenas el 6 % en la intención de voto y a Aída el 1 %. El Polo obtuvo 300.000 votos menos en estas elecciones con respecto a las pasadas mientras que La UP sacó 99.000 votos con sus listas a Cámara y no logró elegir ningún candidato. Con estas cifras es una unión que al día de hoy no tiene opciones matemáticas siquiera de pasar a segunda vuelta. ¿Entonces para qué se hizo?

En ambas colectividades dicen que sí, que tienen vocación de poder y su intención es ganar las presidenciales y que por eso se presentan. Sin embargo, ponen el énfasis en el hecho de haber logrado una convergencia de la izquierda por primera vez en mucho tiempo. Califican este paso como un hito.

Esa unidad, argumentan, es el punto de partida para buscar un gran apoyo al proceso de paz, para que se logre una salida negociada al conflicto armado. Por eso, Clara y Aída se la van a jugar porque se firme un acuerdo entre el Gobierno de Santos y las FARC y para que después éste sea refrendado por todos los ciudadanos. Así mismo, trabajarán desde su candidatura para auspiciar la creación de una mesa de conversaciones entre el Gobierno que venga y el ELN. Se trata de aportar en la construcción de un país en donde a la gente no la maten por lo que piensa, en donde el adversario político tenga el derecho a expresarse en libertad sin que se le amenace, sin que se le persiga, sin que se lo hostigue.

Un país no para ellas sino lo más importante para sus hijos. Para que estos puedan actuar en política sin miedo, donde nunca más nadie tenga que levantarse en armas. Un país donde las generaciones por venir tengan propósitos comunes para beneficio de toda la sociedad y donde cada cual no ande por su lado. Esa es su ambiciosa apuesta. Es una mirada que va más allá de las elecciones. Y ambas muestran su pretensión y hablan de una América Latina unida, feliz y con las mismas oportunidades para todos. Donde todas las niñas, llámense Cristina, Michelle, Dilma, Isabel, Clara, Aida, sonrían, triunfantes, victoriosas.


jueves, 6 de marzo de 2014

Fanny de Navarro: "Toda una vida siguiendo al Tolima"


Fanny Puentes de Navarro (1920-2014) QEPD.

Por Lyda Cruz

En una pequeña tienda ubicada en el centro de la ciudad del Espinal, vive una de las más acérrimas seguidoras del Deportes Tolima. Hoy a sus casi 90 años, no ha parado de sufrir y gozar con el vinotinto de sus amores.

Se enamoró del fútbol, por allá por los 60s, y desde entonces, no ha dejado un solo instante de seguirle los pasos a aquel que llama ¡el Tolima grande!

Hablamos con ella en el Espinal, y nos contó algunos de los recuerdos memorables que tiene de aquel Tolima del pasado:

Lyda Cruz: ¿Hace cuánto es hincha del Deportes Tolima?

Fanny De Navarro: Toda mi vida he sido hincha del Deportes Tolima. Adoro al Tolima, siempre quiero que gane.

L C: ¿Cuál fue el jugador más importante que hubo en los inicios del Deportes Tolima?

F d N: En esa época habían muy buenos jugadores, recuerdo a Ariel Gandulfo, El “Caraña” Gonzáles, Marcos Coll, y el goleador Víctor Hugo del Río. Claro que hay muchos de los que no recuerdo el nombre, pero fueron jugadores con los que se tuvo un muy buen comienzo, y un progreso extraordinario.

L C: ¿Cuándo fue la primera vez que vio jugar al Deportes Tolima?

F d N: En el año 70, fui a un partido en Ibagué, junto con mi esposo; jugaba con Santa Fe, y recuerdo una anécdota, Santa Fe nos estaba llenando de goles, y los Bogotanos decían:”ahora si bailen el bunde”, y de pronto salió un tipo que les dijo:” canallas, si siguen así les meto un tiro”, y los tipos desaparecieron. Esa fue la primera vez que vi jugar al Tolima, porque antes siempre lo seguía por la radio.

L C: ¿Alguna vez viajó a otras ciudades a ver al Tolima?

F d N: Muchas veces; fui a Pereira, a Cali, a Bogotá, a un partido con Millonarios, cuando jugaba Sapuca; recuerdo que ese día ganamos un gol a cero.

L C: ¿Cuál ha sido para usted el momento más glorioso del Deportes Tolima?

F d N: Cuando fue campeón dirigido por el “Chiqui” García.

L C: ¿Para usted cuál ha sido el jugador más representativo de toda la historia del Tolima?

F d N: El Tolima en toda su historia ha tenido jugadores sobresalientes. Recuerdo al “pica piedra” Castillo, un jugador de apellido Castellanos, que era un goleador igual que del Río, que cada que el Tolima necesitaba un gol, el entraba y lo hacía; por supuesto Sapuca, Marcos Coll, en fin, el Tolima siempre ha contado con muy buenos jugadores.

L C: ¿Qué sintió el día que el Tolima se coronó campeón?

F d N: Ese día lloré de alegría, sentí al Tolima grande, y me sentía orgullosa de ser tolimense, y cada que llamaban a mi casa, decía: “LLAMA A LA CASA DE UN HINCHA DEL DEPORTES TOLIMA QUE ES EL CAMPEON”.

L C: ¿Cree usted que el Tolima de éste semestre tiene con qué ser campeón?

F d N: Sí, claro que sí, sólo que a veces los árbitros juegan en contra y le meten mucho la mano, no se si es porque los mandan o que sea lo que pase, de todos modos hay árbitros que le tienen antipatía al Tolima.

L C: ¿Qué no le gusta del Tolima actual?

F d N: A veces, el juego defensivo del Tolima, hacen un gol y se meten atrás; y otras veces me parece que los jugadores que deja en el banco, son los que necesita el equipo, eso queda demostrado cuando ellos entran, que lo dejan todo en la cancha y sudan la camiseta. Le meten berraquera.

L C: ¿Cómo ve las nuevas generaciones de jugadores del Deportes Tolima?

F d N: Son muy buenas, hay un buen futuro. Mejía por ejemplo, es un jugador sobresaliente, con pinta de crack. Lastima que hayan dejado ir a Darwin Quintero, era otro que estaba haciendo una carrera brillante en el Tolima, es un muy buen jugador. De todas maneras, creo que hay un buen semillero el en Tolima, y que hay que saberlo cultivar.

L C: ¿Cuándo fue la última vez que vio jugar al Tolima?

F d N: Sigo todos los partidos, por radio y televisión, el último que escuche fue el último que jugaron, contra Chico, pero al último que fui fue el año pasado, frente al Medellín, ese día ganamos 3 a 1.

L C: Por último, ¿qué les dice a los nuevos hinchas del Tolima?

F d N: Les digo que colaboren yendo al estadio, que es un equipo grande del que debemos sentirnos orgullosos porque es lo que nos representa a los tolimenses, a la raza pijao, y es una muy buena representación.

Publicado originalmente el 15 de octubre del 2008 en http://humborysuspelachivas.com/

martes, 11 de febrero de 2014

Cóndores no entierran todos los días (1971)

Reseña de Luis Fernando Afanador
Revista Arcadia


Después de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán y de la insurrección del ‘pueblo gaitanista’, los liberales y los conservadores pactaron la Unión Nacional alrededor del gobierno de Mariano Ospina Pérez. Este pacto se rompió por la presión de Laureano Gómez, que obligó al gobierno de Ospina a cerrar el Congreso e instaurar la hegemonía conservadora a través de la policía “chulavita”, la Iglesia y “los pájaros”, sicarios al servicio de ese partido. En 1950, durante el gobierno aún más dictatorial de Laureano Gómez, quien sucedió a Ospina –los liberales no participaron en las elecciones por falta de garantías–, se habían cometido en Colombia 50.000 asesinatos políticos, según los estudios de Paul Oquist y Daniel Pécaut. Tal es el contexto histórico en el cual se desarrolla Cóndores no entierran todos los días, la novela de Gustavo Álvarez Gardeazábal, una obra emblemática de la violencia partidista de aquella época, mejor conocida como La Violencia, con mayúsculas, para diferenciarla de otros periodos de la violencia colombiana.

El protagonista principal de Cóndores, León María Valencia, está inspirado en un personaje real, “un pájaro” de Tuluá y del norte del Valle. En realidad, un gran cabecilla, un cóndor, como lo bautiza Gertrudis Potes, otro personaje de la novela: “Pues si la amenaza son los pájaros, a lo que nos enfrentamos es a un cóndor”. León María es un cóndor terrible que impone un régimen del terror no solo contra los liberales sino contra cualquiera que ose cuestionar la autoridad conservadora o –en el caso de un periodista– simplemente tenga una foto de Gaitán. Sin embargo, el gran acierto de esta novela y donde se distancia de la historia, es en su capacidad de mostrar a León María no solo como un victimario sino como víctima. Él es el asesino que produce miedo pero también el que ha padecido miedo. Es un militante conservador en un pueblo de mayoría liberal, un humilde quesero que soportó la discriminación laboral por su filiación política y en medio de sus frecuentes ataques de asma siente pánico de morir en la calle, solo, sin su familia, rodeado de desconocidos. Y en un momento dado tuvo arrestos de héroe: detuvo a la enfurecida turba gaitanista cuando iba a destruir el colegio de los salesianos.

Cóndores no entierran todos los días recrea como ninguna otra novela colombiana la violencia partidista de los años cincuenta y la complejiza mostrando el punto de vista de ambos bandos, con lo cual evita caer en el maniqueísmo y en el panfleto. Como toda buena obra literaria, le deja ese juicio al lector.

domingo, 5 de enero de 2014

Murió Eusebio, la "Pantera Negra" del fútbol

El esplendido delantero portugués murió a los 71 años. Fue conocido como la "Pantera Negra" por su agilidad, velocidad y potencia con Benfica y Portugal. Colgó los botines en 1978.


Por Barry Hatton 
Agencia AP

Eusebio, el sensacional delantero portugués que superó la pobreza de su niñez en África para convertirse en uno de los grandes futbolistas de la historia, falleció el domingo, informó su club Benfica. Tenía 71 años.

Eusebio da Silva Ferreira nació en Mozambique cuando ese país africano todavía era una colonia portuguesa. Luego fue conocido como la "Pantera Negra" por su agilidad, velocidad y potencia durante su época de oro en la década de 1960 con Benfica y la selección portuguesa.

La mayor de sus gestas fue conducir a Portugal al tercer lugar en el Mundial de 1966. Recibió el Balón de Oro en 1965 y en dos ocasiones (1968 y 1973) ganó la Bota de Oro al máximo goleador europeo. Según la FIFA, marcó 679 goles en 678 partidos oficiales.

Eusebio falleció en su casa de un problema cardiaco a las 3.30 a.m. del domingo, dijo su biógrafo José Malheiro. "Su salud estaba muy mal", declaró a reporteros. El futbolista ingresó al hospital varias veces el año pasado para ser atendido de problemas respiratorios y del corazón.

Cristiano Ronaldo, el capitán de la selección portuguesa que juega en el Real Madrid, comentó en su página de Facebook: "Eusebio siempre eterno, descansa en paz", mientras que el ex capitán portugués Luis Figo, Jugador del Año de la FIFA en 2001, tuiteó: "El rey!! Gran pérdida para todos nosotros! El más grande!!"

"En este triste día de la muerte (de Eusebio)... prefiero verlo como inmortal", declaró José Mourinho, el entrenador portugués del Chelsea, a la Radiotelevisao Portuguesa.

El gobierno portugués decretó tres días de luto nacional y dispuso que las banderas ondeen a media asta. La Federación Portuguesa de Fútbol ordenó que se guarde un minuto de silencio antes de los partidos del domingo en la Copa de Portugal.

En un mensaje por cadena nacional de televisión, el presidente portugués Aníbal Cavaco Silva elogió "la simpatía y humildad" de un hombre que nunca dejó que la fama se le subiera a la cabeza. "Su talento le dio alegría a generaciones, inclusive para quienes no estaban vivos en los momentos más gloriosos de su carrera", dijo el mandatario.

Los elogios hacia Eusebio no se hicieron esperar en el mundo del fútbol.

"El fútbol ha perdido una leyenda. Eusebio siempre tendrá su lugar entre los grandes", dijo el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.

Otro astro del balompié, el alemán Franz Beckenbauer, dijo en Twitter: "Uno de los jugadores más grandes del fútbol ha fallecido".

Sus goles más famosos fueron los cuatro que anotó contra Corea del Norte en los cuartos de final de la Copa del Mundo de 1966. Con su equipo abajo 3-0, el artillero se encargó de remontar el marcador con sus cuatro dianas para conducir a Portugal a una victoria por 5-3.

En una épica final de la Copa de Europa ante Real Madrid en 1962, cuando una tripleta de Ferenc Puskas parecía darle el título al equipo español, Eusebio anotó los últimos dos goles con los que Benfica completó la remontada en la victoria 5-3 que le permitió repetir como campeón continental.

Eusebio nació en Maputo, la capital de Mozambique, durante la Segunda Guerra Mundial. Se crió en la pobreza extrema, pero su talento para el fútbol llamó la atención de Benfica que lo fichó a los 18 años.

Su popularidad en Portugal era de tal magnitud que en 1964, cuando clubes italianos ofrecieron por su ficha cifras impensadas para la época, el entonces dictador del país Antonio Salazar decretó que el delantero era un "tesoro nacional", lo que significaba que no podía ser vendido al extranjero.

Portugal perdió en semifinales 2-1 contra Inglaterra, un encuentro en el que Eusebio anotó el único gol de su selección con un penal a los 82 minutos. La Pantera Negra salió llorando de la cancha, una imagen que sólo acrecentó el cariño que le tenía el pueblo portugués.

De todas formas, fue el máximo artillero del torneo con nueve dianas, y su partido contra Corea del Norte lo hizo inmortal para los hinchas portugueses.

En ese duelo en Goodison Park en Liverpool, Portugal tuvo un comienzo de pesadilla y perdía 3-0 después de 23 minutos.

"Nos tomaron por sorpresa", recordó Eusebio en una entrevista con la AP en el Mundial de 2010 en Sudáfrica. "Recuerdo bien lo que (el compañero Antonio) Simoes dijo cuando perdíamos 3-0. Decía, 'mientras no perdamos por cuatro goles, todavía podemos remontar'. Y tenía razón".

Eusebio encabezó la legendaria remontada al encarar repetidamente a la defensa norcoreana, y marcó cuatro goles en poco más de 30 minutos.

Después de sus dos primeros goles, sacó la pelota de la red, corrió hasta el centro del campo y puso el balón en el punto central para reanudar la acción. Empató el marcador a los 56 y luego hizo su cuarto desde el punto de penal, cuando la zaga norcoreana ya estaba totalmente desmoralizada.

"Ese fue el mejor partido de mi vida con la camiseta de Portugal", señaló Eusebio. "Me marcó para siempre".

Eusebio anotó 41 goles en 64 partidos con la selección.

Un grupo de 100 expertos reunidos por la FIFA eligió en 1998 a Eusebio como uno de los 10 mejores futbolistas de la historia.

"Sólo hay dos negros en la lista: Pelé y yo", comentó Eusebio sobre esa distinción. "Lo considero como una gran responsabilidad, porque estoy representando a Africa y Portugal, mi segundo hogar".

Con Benfica ganó 11 títulos de la liga portuguesa, cinco Copas de Portugal, y al día de hoy es el mejor futbolista que ha pasado por las Aguilas. Una estatua suya de bronce, a punto de patear un balón, adorna el exterior del Estadio da Luz del club de Lisboa.

Luego de cinco operaciones en las rodillas, Eusebio jugó su último partido con Benfica en 1975. Luego pasó los últimos años de su carrera en Norteamérica con Monterrey de México y equipos de Boston, Toronto y Las Vegas, hasta que colgó los botines en 1978.

Famoso por su buena voluntad, Eusebio permaneció vinculado al Benfica como asistente luego de su retiro, y viajó con la selección portuguesa como embajador deportivo.

Le sobreviven su esposa Flora, dos hijas y varios nietos.