miércoles, 21 de diciembre de 2011

Proclamación de la ideología Juche


En 1975, Kim Il Sung publica ¡Juche!, obra en la que se pone la base de la teoría que orienta a la República Popular Democrática de Corea. Muestras de su pensamiento son las siguientes frases incluidas en el libro:

-Estamos haciendo la revolución coreana. Y todo lo que a ella afecta, los coreanos saben cómo afrontarlo mejor que nadie. El aspecto fundamental de la revolución coreana, y que los coreanos decidimos, es que nuestra fuerza es el factor decisivo en nuestra victoria.

-Ningún extranjero puede darnos la receta de qué hacer con nuestra revolución. Para poder llevarla a buen fin con éxito, los coreanos deben utilizar su cerebro, resolver los problemas con su enfoque, un enfoque que debe hacerse conforme a los intereses de la revolución coreana.

-Nuestro partido adoptó con fuerza la idea Juche, para resolver los problemas de la revolución y la construcción del socialismo con independencia, según las condiciones propias de nuestro país, con nuestro propios enfoques; y nosotros, todo el pueblo, formaremos una piña alrededor del espíritu de una autoafirmación que nos llama a crear una revolución y construcción del socialismo y el comunismo en nuestro país, con nuestros enfoques y los recursos de nuestro país, separándonos de la idea de depender de otros.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Recordando el 19 de diciembre de 1971

Hace 40 años, el 19 de diciembre de 1971, el estadio Monumental de Núñez fue protagonista de la apasionante semifinal del Torneo Nacional entre los dos grandes de Rosario: Central y Newell's. Los canallas vencieron 1-0 con un legendario gol de palomita de Aldo Pedro Poy.


Por Pablo Aro Geraldes
Periodismo de fútbol internacional


Tres días después, Rosario Central vencía 2-1 a San Lorenzo en el Parque Independencia y conquistaba el primer título de AFA de su historia, pero en el corazón de los hinchas la victoria en aquella semifinal contra el clásico y eterno rival sería el momento más recordado. Inolvidable. La fecha histórica del 19 de diciembre de 1971 inspiró al genial Roberto Fontanarrosa, canalla de alma, a titular uno de sus cuentos más brillantes.

Es una ficción que gira en torno al partido real. Trata la historia del viejo Casale, quien nunca en su vida había visto perder a Central en un clásico contra Newell's Old Boys. Ante la importancia del partido, un grupo de amigos del hijo de Casale decide invitarlo a viajar a Buenos Aires con ellos. Los muchachos estaban seguros que Casale era un talismán, pero el viejo se niega a acompañarlos alegando una enfermedad del corazón. Ante esta negativa, la barra de amigos centralistas decide planear un secuestro y llevar engañado a Casale al Monumental.

Lo que sigue es tan desopilante como el comienzo. Pero ningún resumen se acercará a la narración gloriosa del Negro Fontanarrosa. En su página web se puede leer el cuento completo.

También en este enlace de Fútbol Rebelde.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Guillermo Cano y su "Libreta de apuntes"


Guillermo Cano, director de El Espectador, creó en enero de 1979 su columna de opinión, llamada "Libreta de apuntes". En ella comenzó a registrar sus opiniones sobre el país y sus apremios por la violencia, la corrupción y el narcotráfico.

Cano fue acribillado por la mafia la noche del miércoles 17 de diciembre de 1986, cuando salía de las instalaciones del diario, ubicadas en la carrera 68 con calle 23 de Bogotá.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Carlos El Chacal



Por Javier Valenzuela

Ilich Ramírez Sánchez, recién condenado en Francia a una segunda cadena perpetua, debe su apodo de El Chacal a un personaje de ficción creado por el novelista británico Frederick Forsyth. Si la prensa europea comenzó a llamarle así en la segunda mitad de los años 1970 fue porque la Policía francesa había encontrado un ejemplar de la novela El día del Chacal, de Forsyth, en un apartamento recién abandonado por el venezolano.

La frialdad a la hora de matar es el rasgo que comparten Ilich Ramírez Sánchez y el personaje de ficción de Forsyth. Por lo demás, sus historias son diferentes. El thriller político El día del Chacal, publicado en 1971 y llevado a la gran pantalla en un par de ocasiones por Hollywood, trata sobre un sicario contratado por el grupo terrorista de ultraderecha OAS para matar a Charles de Gaulle a comienzos de los años 1960. Personaje de carne y hueso, Ilich Ramírez Sánchez fue uno de los hombres más buscados del planeta en la segunda mitad del pasado siglo como autor de espectaculares y sangrientos atentados terroristas cometidos en nombre de la causa palestina.

A Ilich Ramírez Sánchez siempre le ha indignado ese apodo de El Chacal, esa comparación con un asesino profesional al servicio de la ultraderecha. Él se consideraba, y se considera, un “guerrillero revolucionario”, un “combatiente antiimperialista”. En realidad, su nombre de guerra entre los grupos terroristas palestinos y las organizaciones armadas de extrema izquierda europeas de la época era Carlos. No obstante, la asociación con un depredador era, y es, tan sugerente que para siempre jamás el venezolano será conocido, a su pesar, con el alias de Carlos el Chacal.

La noticia de la segunda cadena perpetua que le cae encima al venezolano revive el mundo de las organizaciones violentas de ultraizquierda de los años 1970 y 1980. Él estuvo en el epicentro de aquella delirante agitación. Moviéndose entre París y Londres, con frecuentes saltos a Oriente Próximo, era el enlace entre el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), de George Habache, y grupos como la banda alemana de Baader-Meinhof y el Ejército Rojo Japonés. Su misión: organizar atentados contra personas, organizaciones o empresas vinculados con Israel o con los regímenes árabes que traicionaban la causa palestina. Ante el tribunal francés que ha terminado por condenarle, Carlos soltó un discurso de cinco horas negando los hechos de los que le acusaban pero reivindicando aquella causa.

Nacido en Venezuela en 1949, Ramírez Sánchez debe su nombre propio al entusiasmo por la Unión Soviética de su padre. A sus tres hijos, el abogado comunista José Altagracia Ramírez Navas les puso los nombres de Ilich, Vladimir y Lenin. Ilich estudió en La Habana en la segunda mitad de los años 1960 y se supone que allí fue reclutado por el KGB soviético. Completaría su adiestramiento ideológico y formación guerrillera en la Universidad Patricio Lumumba de Moscú.

Incluso en sus años de máxima clandestinidad, cuando era buscado por los servicios de medio mundo, Carlos siempre fue un mujeriego contumaz, un gran bebedor y un amante de las fiestas. Es probable que esa conducta fuera la causa de que terminara siendo expulsado de Moscú. Instalado en París, no tardó en buscarse una nueva causa a la que servir: los palestinos y, en concreto, una de sus facciones más extremas, el FPLP de Habache.

A partir de ahí, su historia es una reguero de hechos violentos. En 1973 fue a Londres y le disparó personalmente con una Beretta al propietario de las tiendas Marks & Spencer, prominente figura del sionismo inglés. No logró matarle. El año siguiente, su comando colocó tres coches bombas en diarios parisinos y, usando a japoneses del Ejército Rojo, asaltó la embajada francesa en La Haya. En 1975, cuando un equipo de la DST, el servicio de inteligencia interior francés, fue a inspeccionar un piso, Carlos, que celebraba allí una fiesta con estudiantes latinoamericanos, reaccionó con rapidez: sacó una pistola, abrió fuego, mató a tres de los agentes y escapó.

Se refugió en Yemen del Sur y reapareció con su acción más espectacular: la ocupación armada, en diciembre de 1975, de la sede la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en Viena. El grupo dirigido por Carlos mató a tres personas, secuestró a 42, incluidos once ministros, negoció una huida en avión a Argelia con un grupo de rehenes, allí los liberó y desapareció del mapa. En 1982 volvió a matar en Francia con un coche bomba ante un periódico y atentados con explosivos en ferrocarriles.

En paradero desconocido desde entonces, Carlos fue capturado en 1994 en Jartum, tras ser “vendido” por el régimen sudanés. Un comando de los servicios secretos que dirigía el ministro Charles Pasqua lo apresó, lo subió a un avión militar y se lo llevó a Francia Allí ha sido juzgado dos veces –la última ahora- y condenado en ambos casos a cadena perpetua.

Aunque a partir de determinado momento Carlos dispusiera de un grupo propio, la Organización de Revolucionarios Internacionalistas, nunca ha quedado claro quién era su patrocinador. ¿El KGB soviético, la Stassi de la Alemania oriental, el déspota iraquí Sadam, el tirano libio Gadafi? ¿Una vez unos, otra vez otros?

En 2010, con motivo del estreno en el Festival de Cannes de Carlos, una serie televisiva de tres episodios sobre su vida (biopic), hizo saber desde prisión que no se identificaba con el personaje contado por el director francés Olivier Assayas. Y en concreto, rechazó que hubiera sido Sadam el promotor del asalto a la OPEP. Fue Gadafi quien estuvo detrás de aquello. Pero, según el venezolano, lo conveniente entonces (2010) era culpar al fallecido Sadam para justificar retrospectivamente la invasión de Irak, mientras que Gadafi había sido “rehabilitado” por Estados Unidos y Europa.

La serie dirigida por Assayas, en la que el actor venezolano Edgar Ramírez interpreta a su compatriota, ganó el Globo de Oro de 2010 al mejor filme hecho para la televisión. Es de buena factura y recrea muy bien la atmósfera de tabaco, alcohol y sexo combinados con delirios revolucionarios de los grupos ultraizquierdistas de los años 1970.

Genio y figura, Carlos del Chacal declaró en 2007, en una entrevista con The Times en la prisión de Clairvaux, que los terroristas de Al Qaeda no eran unos “profesionales”. “Ni están organizados”, dijo, “ni tan siquiera saben hacer explosivos y detonadores como dios manda".

viernes, 9 de diciembre de 2011

El son del tren


Canción de Rita Fernández Padilla, interpretada por Fruko y sus tesos. Versión para la telenovela sobre el Joe Arroyo.

domingo, 4 de diciembre de 2011

El debut de Sócrates en Corinthians

El 20 de agosto de 1978 debutó Sócrates en el equipo del pueblo paulista: el Corinthians. Un hincha del "Timao" recuerda ese día así:

Nasci em 1971, e estava com 6 anos nesse dia, meu pai torcedor do Timão escutava na radio, uma partida contra o Santos, saímos perdendo por 1×0, e um rapaz magro de cabelos espalhafatosos, seguiu para dentro do gol de nosso arqueiro Jairo, pegando a bola, e levando-a calmamente para o meio de campo, conversou com cada um de seus companheiros, o timão acabou empatando aquele jogo, com isso, mostrou para que veio, liderar uma equipe maravilhosa, Sócrates desde aquele dia, se tornou para mim, o melhor e mais respeitado ídolo corintiano.


Seus companheiros naquela partida Jairo, Luiz Cláudio, Amaral, Mauro, Ademir e Wladimir; Nobre, Wagner, Palhinha, Vaguinho, Rui Rei e Romeu, não podiam imaginar que estavam vivenciando um momento histórico, o inicio de uma paixão, entre Sócrates e o Corinthians, hoje ele é uma lenda viva.

Tomado de: http://www.loucospelotimao.com

martes, 22 de noviembre de 2011

lunes, 14 de noviembre de 2011

Huracán: campeón metropolitano 1973

Un equipo grande para un club grande


Estudiantes, Vélez y Chacarita ya habían salido campeones cuando arrancaba 1971 y eso significaba para Huracán una carga pesada en el honor de un club que se consideraba un grande y que, a diferencia de los otros grandes -y ahora de esos tres “chicos”-, no había podido subirse al podio más elevado del fútbol argentino ni una sola vez.

Por eso su presidente Luis Seijo (que llevaba 13 años en ese cargo y que era de recurrir a algunas decisiones espectaculares en la contratación de técnicos y jugadores) apostó fuerte y antes del inicio del Metropolitano de ese año incorporó como director técnico a Osvaldo Zubeldía, un símbolo de lo que ya se llamaba trabajo, seriedad y, supuestamente, garantía de un resultado favorable, al mediano y largo plazo. Zubeldía acababa de dejar, después de varios años, su criatura más acabada y recordada, Estudiantes de La Plata, primer equipo chico campeón, que conquistó en tres ocasiones la Libertadores y en una la Intercontinental, nave insignia de un estilo que ya hacía agua por el lado de un ciclo agotado, generador de cuestionamientos que parecieron llegar tarde.

Zubeldía llegó al equipo de Parque Patricios junto con refuerzos como Poletti –“su” arquero en Estudiantes-, Basile, Maidana, Laginestra y Doval, quien retornó solo por ese año del Flamengo de Brasil. Los resultados del corto plazo no ayudaron y Zubeldía se fue antes de la décima fecha. A fines de abril, en un giro de 180 grados respecto de lo que pretendía como estilo de juego para Huracán, Seijo visitó y convenció a César Luis Menotti, por entonces ayudante del Gitano Juarez en Newell´s, para que se hiciera cargo del equipo. Ahí, en medio de ese extraño cambio de orientación dirigencial, arrancó el primer, y hasta aquí, único Huracán campeón, cuyo recuerdo excede en mucho esa particularidad estadística.

No fue fácil el arranque para Menotti. No sólo porque en su debut perdió contra Boca de modo contundente 3 a 0 sino porque la ejecución de la idea del técnico no cerraba con el perfil de algunos jugadores, otros necesitaban corregir aspectos técnicos considerados claves por Menotti y los más jóvenes debían seguir creciendo y consolidándose. El final del Metro lo encontró en mitad de tabla y en el Nacional, en su zona apenas cuatro equipos, todos del interior, estuvieron por debajo, en una campaña en la que solo logró tres victorias.

El tercer puesto obtenido en el Metro del '72, con la delantera más goleadora y los dos máximos goleadores del certamen (Brindisi 21, Avallay 17) marcó una mejoría notable, consolidándose el terceto central (Brindisi, Avallay y Babington), con el aporte inteligente y talentoso de Omar Larrosa y el equilibrio de Francisco Russo. Ese avance se transformó en potencial en el Nacional '72, donde no se clasificó para la instancia final del certamen que, al igual que el Metro, obtuvo su clásico rival: San Lorenzo.

Carrascosa, Fanesi y Chabay agregaron experiencia en el fondo en el plantel que encararía un 1973 histórico. Pero fue un jugador venido del ascenso, puntero derecho, el refuerzo más espectacular e inesperado: René Orlando Houseman, un wing derecho fenomenal, que se transformaría en uno de los últimos -y más brillante- de esa especie en extinción de locos de la raya derecha, inspirados, hábiles, con el sello indeleble de la genialidad futbolera.

Ese Huracán supo interpretar y se hizo cargo del tono de época, jugando como se vivía, defendiendo con orgullo y con momentos de altísima calidad, un deporte hermoso que tuvo la posibilidad, durante algunos meses, de encontrarse con lo mejor de sí. Inteligencia colectiva, distintas cualidades individuales puestas en función de conjunto, solidaridad, belleza, armonía y contundencia se combinaron en un equipo que, como ningún otro, alcanzó la sintonía del discurso de su técnico, transformado a partir de allí en una referencia futbolística insoslayable.

Hasta que el técnico de la Selección Argentina, Enrique Omar Sívori, convocó al plantel con el que enfrentaría las eliminatorias al Mundial de Alemania –entre los que se encontraban varios de los integrantes del equipo titular de Huracán- el Globo llevaba una campaña excepcional, también en números, con un promedio de cerca de 3 goles por partido, con varias goleadas y actuaciones memorables: 6 a 2 en el debut con Argentinos, 5 a 2 a Atlanta en la tercera fecha, 5 a 0 a Racing en la quinta, el 5 a 0 a Central en Rosario (inolvidable despedida con todo el estadio aplaudiendo), para terminar sumando al cabo de los primeros 17 partidos, la mitad del certamen, 25 puntos y 46 goles. Eran todos elogios para Roganti, Chabay, Buglione, Basile, Carrascosa, Brindisi, Russo, Babington, Houseman, Avallay y Larrosa, ese equipo que hasta ahí se decía de memoria.

La segunda parte del Campeonato obligó a Menotti a arreglarse con lo que le quedaba. Ausentes las figuras Huracán reguló su juego, dado que no había forma de reemplazar a Brindisi, Avallay y Babington. Por eso el final fue más angustioso del esperado - con el fuerte del equipo desplazado hacia la zona defensiva-, a pesar que alcanzó una distancia apreciable con Boca, 4 puntos, pero que parecía reducida a la luz de la diferencia futbolística con el resto, aunque ese fue un buen Boca.

Ese fútbol lujoso, en el que Babington aportaba elegancia, talento y la única zurda del equipo titular; Brindisi habilidad, un despliegue físico fantástico, creación y gol; Avallay su progreso notorio en la definición y en aquello de “velocidad con precisión” que tanto reclamaba Menotti; Russo cubría las espaldas de todos y a pesar de sus desplazamientos lentos llegaba siempre a cortar para entregar limpio a un compañero; Larrosa terminó explotando, a partir de su inteligencia, entrega, ductilidad para desdoblarse como volante y puntero izquierdo y de una gran capacidad táctica, condiciones que le permitirían, sorpresivamente, integrar el plantel de Argentina en el Mundial '78 y ser figura clave en la semifinal con Perú e ingresar en el partido final. Houseman terminó siendo el último wing atorrante, con sello de potrero, que llegó a habitar en el fútbol de primera y, encima, a la altura de los más grandes que se recuerden por estas tierras, ahí, en el podio de los mejores. Un manejo único de la pelota bien pegada al pie –el derecho para llevarla, el izquierdo para cubrirla-, a pura gambeta y a plena velocidad. Creaba juego para él y para los demás, su estilo era indescifrable para sus rivales, superando incluso su endeblez física, con una enorme intuición, llena de astucia y valentía. Y, además, tenía gol (se retiró con más de cien convertidos).

Decir Huracán del '73 es evocar el fútbol en su mejor versión, aunque no se trate de la única. Es marcar que con esa prueba acabada Cesar Luis Menotti empezó su carrera como Técnico, que cinco años más tarde alcanzaría su logro más trascendente, con Argentina campeón del mundo. Es recordar que esa idea de fútbol se extendió, con la renovación de algunos ejecutantes, y que en los Metros del '75 y '76 fue subcampeón, detrás de River y de Boca, respectivamente. Incluso algunos opinan que aquél Huracán del '76 (que ganó su zona invicto con 12 puntos más que Boca, y que sumándole a ello el certamen final sólo perdió dos veces sobre 33 partidos, fue el que más goles logró y el que tuvo la mayor cantidad de puntos) puede discutirle el privilegio de ser el mejor, aunque, en el fondo, sepan que no alcanza. A Huracán del '73 será difícil empardarlo.

Tomado de www.11wsports.com

domingo, 6 de noviembre de 2011

Muere Carlos Fonseca, jefe de la guerrilla nicaragüense

11 de noviembre de 1976

Todos los servicios informativos nicaragüenses interrumpieron anoche sus programas habituales para leer un comunicado oficial del Ejército sobre la muerte de Carlos Fonseca Amador, fundador y jefe del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua. Fonseca Amador murió en las montañas después de un nutrido tiroteo, ocurrido en la región de Zinica, con una patrulla del ejército. Fue sepultado en el mismo lugar donde pereció. Originario de Matagalpa (ciudad del norte del pais), Fonseca se marchó a Europa oriental, realizando estudios en la universidad «Patricio Lumumba», de Moscú.


Amador llevaba más de un decenio viviendo en la clandestinidad. Junto con los primeros brotes guerrilleros, que se produjeron en el país en la década de los años cincuenta, se fundó «Juventud Patriótica Nicaragüense», a cuya organización ayudaron Fonseca Amador y Quintín Pino Machado, entonces embajador de Cuba en Nicaragua.

El jefe insurgente muerto fue detenido en varias ocasiones por sus actividades tendientes a impulsar la lucha armada.

(EFE)

sábado, 29 de octubre de 2011

El reloj del presidente

Las elecciones del 19 de abril de 1970


Carlos Lleras Restrepo decretó el toque de queda por la televisión


De pronto, se interrumpió la programación de televisión y una voz pausada inició su discurso con aquellas tres palabras familiares: Amigas y amigos. En una serena pero enérgica alocución, el presidente Carlos Lleras analizó la situación de orden público, deteriorada desde la misma noche de las elecciones 19 de abril.


Por Armando Caicedo Garzón

Ese domingo, los periodistas de la radio emitían boletines sobre los resultados parciales de los escrutinios que en las primeras horas favorecían a Rojas, informaciones interrumpidas abruptamente por el entonces ministro de Gobierno, Carlos Augusto El Tigrillo Noriega, quien amonestó públicamente a los periodistas por realizar sus propias cuentas sin ajustarse a los comunicados de la Registraduría.

Desde ese mismo instante, por orden expresa del Ministro, los periodistas solo estaban autorizados a emitir la información electoral contenida en los lentos Boletínes Oficiales de la Registraduría. Una sombra de desconcierto afectó entonces la credibilidad del proceso electoral y la duda se anidó en la conciencia de la opinión pública.

La sensación de fraude y la consecuente reacción de los rojistas , que perdieron las elecciones por estrecho margen, provocaron las más violentas manifestaciones postelectorales de la historia.

Esa noche de martes, 50 horas después de cerradas las urnas, el Presidente interrumpió la programación de televisión para dirigirse a sus compatriotas.

... ya lo dije y lo repito, que aquí se sostendrá la Constitución y yo seguiré en el mando hasta el 7 de agosto, si estoy vivo. Solo saldré del Palacio muerto.

... La afirmación de la Anapo sobre fraude es falsa y la rechazo de la manera más enfática. El país sabe que no miento...

... en cuanto a Bogotá, son las ocho. (Aquí el Presidente mira su reloj). A las nueve de la noche no debe haber gente en las calles. El toque de queda se cumplirá, y quien salga a la calle será por su cuenta y con las consecuencias de quien viola un Estado de Guerra. La gente tiene una hora para dirigirse a sus casas... .

Los bogotanos consultaron el reloj para comprobar si marcaba la misma hora que el reloj del Presidente.

La noticia se regó por la capital. Miles de ciudadanos recorrían, en agitado pasitrote, las cada vez más desoladas avenidas, rumbo a sus hogares. Otros improvisaban amanecida en la oficina, mientras los más avispados se refugiaban en cama ajena, previa notificación telefónica, con la manida disculpa: Mija, me cogió el toque.

Las ocho calles que conducen a la casa del General Rojas en el sector de Teusaquillo quedaron bloqueadas. Miles de sus adeptos que desde los barrios populares convergían hasta allí, no pudieron avanzar y fueron dispersados. La escasa información sobre la familia Rojas dio rienda suelta a torcidas especulaciones. En la mente de algunos anapistas se pensaba con el deseo y se echó a rodar la bola de que María Eugenia Rojas se hallaba detenida en Bucaramanga, cuando se alistaba a incorporarse a la guerrilla.

La realidad estaba lejos de ser asimilada por la opinión pública. En ese momento, el país se encontraba inmerso en un mar de encontradas emociones. Le robaron las elecciones a Rojas fue la sensación que quedó flotando en el ambiente.

Realmente, los periodistas obraron de la mejor buena fe. Es evidente que los grandes centros urbanos tienen la mejor estructura de comunicaciones y por lo tanto los datos electorales de las grandes urbes llegaron de primero a la Registraduría. Comoquiera que en Cali, Medellín, Bucaramanga, Barranquilla y Bogotá triunfó Rojas, y éstos fueron los primeros datos que llegaron, también fueron los primeros en ser difundidos por la radio.

Quien obró fuera de contexto fue el Ministro de Gobierno. Inseguro, emocionado y turbado transmitió al aire la sensación de chocorazo oficial.

Después, cuando empezaron a llegar los datos de provincia, la ligera ventaja de Rojas se convirtió en ligera ventaja para Pastrana. Los datos finales así lo comprueban. Pastrana ganó en doce departamentos. Rojas fue mayoría en siete. Y Sourdis, en tres.

El presidente Carlos Leras, a quien el pueblo llamaba Remache como síntesis de su baja estatura y su genio acerado, libró la Noche del reloj del Presidente su más memorable batalla política.

Muchos colombianos no se tragaron los resultados de la Registraduría. Entre otros, algunos apasionados integrantes de la Anapo, quienes decidieron convertir a este 19 de abril en motivo de rebeldía. De allí nació, con el espíritu de vindicta, el Movimiento 19 de Abril, M-19.

Covertido en símbolo de autoridad el reloj del Presidente de fabricación soviética fue posteriormente donado y luego rematado, para beneficio de una obra social.

viernes, 28 de octubre de 2011

La "explosión" cubana en los Juegos Panamericanos de Cali 1971

Santiago de Cali obtuvo la sede en los anteriores Juegos de Winnipeg y contó con 31 países en son competitivo del 31 de julio al 13 de agosto, 2.996 participantes, 20 deportes y 194 pruebas.



Cuba venció a Estados Unidos en baloncesto.

Por Enrique Montesinos
Granma


A nadie se le ocurriría obviar al jamaiquino Donald Quarrie y al cubano Pedro Pérez Dueña como los astros del atletismo en los VI Juegos de Cali 1971. Aunque hubo 20 campeones de Estados Unidos, de 24 posibles, ninguno resplandeció universalmente como aquellos.


Quarrie igualó con 19.8 la primacía para los 200 m, además de conquistar los 100 y colaborar con la tercera dorada de Jamaica como rauda flecha en el cierre de la posta corta.

Pedro Pérez Dueña, un jovencito de 19 años y constitución física aparentemente impropia para el triple salto, no contaba como vencedor de estelares del rango del brasileño Prudencio, subcampeón olímpico y por minutos recordista mundial (17.27) durante aquella fiesta de marcas de los Olímpicos México’68, terminada por el soviético Victor Saneiev con 17.39.

Pero la noche del 5 de agosto de 1971 el cubano adquirió protagonismo desde su primer intento, con un 16.92 pulverizador de la primacía continental más antigua, 16.56 del coloso Adhemar Ferreira Da Silva desde México’55.

Inspirado, el hoy médico dejó pasmados a entendidos y profanos al estirarse seguidamente hasta un coto de leyenda por entonces, ¡17.40!, récord del mundo, superior por la mínima al de Saneiev.

En el atletismo femenino acompañaron a Pérez Dueña las lanzadoras Carmen Romero, disco, y Tomasa Núñez, jabalina, fallecida después en plena juventud, ambas con récords.

Los puños cubanos volvieron como los mejores, cuatro de once coronas, pues se incluyó la categoría de 48 kg, con dominio de Rafael Carbonell. Repitieron Enrique Regüeiferos, en 63,5; Rolando Garbey, de nuevo en 71; y se sumó en 67 Emilio Correa, novel sustituto del lesionado campeón anterior Andrés Molina.

No pasamos por alto el debut del mejor peso completo aficionado de todos los tiempos, Teófilo Stevenson, bronce al perder frente a Duane Bobic, la llamada Gran Esperanza Blanca, cuya aureola de invencible destrozó al año siguiente en Munich’72, noqueándolo en el tránsito semifinal hacia el primero de sus tres cetros olímpicos.

Otros deportes individuales

Cintillos periodísticos mereció la épica cuarteta de 100 km contra reloj —Galio Albelo, Aldo Búfalo Arencibia, Roberto Menéndez y Pedro Rodríguez—, oro histórico del pedalismo cubano a ese nivel.

La esgrima repartió 9 medallas per cápita para Estados Unidos (5-2-2) y Cuba (3-4-2). La gimnasia cubana obtuvo 5 de 7 entre varones y Estados Unidos las 6 femeninas para encabezar el bello deporte, lo mismo que en lucha, en cuyo colchón sus gladiadores llavearon 7 de 10 divisiones, mas Cuba líderó en metales, 10 (3 de oro y 7 de plata).

En la plataforma de pesas nueve divisiones repartieron 36 juegos de preseas, segundo deporte cuantitativo, con 30 para Estados Unidos y 28 para Cuba, mejor el primero en oros, 19 por 7.

Ocho conjuntos de Cuba ascendieron al podio de premiaciones, con mención para la novena beisbolera en su invicta reconquista del gallardete. También brilló el voleibol, en pareja. Subtítulo en polo acuático y bronces en fútbol y baloncesto (m y f).

Al compendiar los resultados globales se aquilató la proeza del deporte cubano, flamantemente instalado detrás de Estados Unidos. Un año antes la Isla "detonó" en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, pero ni soñar con desplazar a naciones de mayor desarrollo, muy superiores en territorio y en población.

El lema: ¡En Cali, 1 por 3!, solo promovía tantas medallas como en las tres citas anteriores. Más resultó batido con creces, pues de 72 (14-24-34) se llegó en salto de excelencia hasta 105 (30-49-26).

La explosión continental aturdió con la conquista de seis títulos más que los 24 de cinco Juegos previos y por apenas cinco no igualó de un tirón las 110 preseas tricolores acopiadas desde Buenos Aires’51.

Estados Unidos volvió a puntear cómodo en la tabla, 105 oros, pero con 15 menos, no obstante las 24 pruebas más que en Winnipeg.

En colectivos tuvo un perfil intrascendente al solo ganar en polo acuático y naufragó hasta en su patrimonial baloncesto (m), ausente de los seis primeros puestos cuando jamás había tropezado. Papel decisivo jugó la costosa derrota a manos de Cuba, 69-73, pues Brasil aventajó al quinteto isleño 73-68 y aunque cayó frente a Estados Unidos 79-81, auriverdes y antillanos dejaron en la cuneta del grupo a los norteños por diferencia de puntos.

Así fue Cuba segunda en Cali. Así continuaría.

sábado, 22 de octubre de 2011

Gadafi y su "Libro verde"

Como Mao en su libro rojo, el líder libio ha publicado sus reflexiones teóricas sobre el poder y el pueblo.




Por José F. Beaumont
El País, 12 de octubre de 1979

Liberador para algunos, dictador para otros, patriarca bíblico y pacifista según algunos, fenómeno peligroso y alentador de terroristas según otros, el líder de la revolución libia, coronel Gadafi, se ha convertido, a sus 37 años, en una de las personalidades más polémicas del continente africano, especialmente desde que se publicó este año la tercera parte de su libro verde, dedicada al desarrollo de las relaciones sociales. El libro, construido según el modelo del libro rojo de Mao, ha sido estudiado este mismo mes por más de quinientos especialistas en economía, política y sociología de todo el mundo que se han reunido durante cuatro días en la Universidad de Benghazi (Libia).

El profesor español Pedro Martínez Montávez, especialista en arabismo, rector de la Universidad Autónoma de Madrid ha asistido a este seminario internacional sobre el Libro verde y sintetiza sus impresiones de esta manera: «El seminario me sirvió, sobre todo, para reflexionar sobre la personalidad de Gadafi. Independientemente de la validez y alcance de su doctrina política y social, hay que afirmar que se trata de una persona absolutamente singular. Lo peor que se puede hacer con Gadafi es desdeñarlo, marginarlo, no tenerlo en cuenta o considerarlo como algo insignificante. Con su personalidad creó que se está conformando un fenómeno que puede llegar a tener un gran alcance». «En su comportamiento es un hombre de una extremada sencillez», añade el profesor Montávez, «lo que no es de extrañar en un árabe y sobre todo en un musulmán. No se manifiesta en tonos violentos ni agresivos, habla en un lenguaje coloquial, con un tono de voz sereno y poco variable, Se parece, más que a un líder político, a una especie de patriarca que habla en tonos bíblicos, no se inmuta ni tiene desbordamientos emocionales, o, al menos, si los tiene, los controla.»

Gadafi con Nasser, su "padre" político.

El 1 de septiembre de 1969 el coronel Gadafi liquidó la monarquía libia tras un golpe de Estado y proclamó la República Arabe de Libia, nombre que más tarde sería cambiado por el de Jamahiriya Arabe Libia Popular Socialista. Desde entonces, Libia, con un terreno equivalente al de la República Federal de Alemania, Francia, Holanda y países escandinavos juntos, lo que le hace ser el cuarto país africano en extensión, y con apenas dos millones y medio de habitantes, se ha convertido en el tercer país productor de petróleo (después de Arabia Saudí y Kuwait). Según los planes nacionales previstos para 1980, ya se habrá erradicado el analfabetismo de este país.

Precisamente para que todos puedan leer su doctrina, Gadafi se ha apresurado a terminar su Libro verde, que es como la expresión de sus reflexiones teóricas. En las tres partes del libro (El poder del pueblo, El socialismo y La base social) el líder libio ha pretendido construir un cuerpo doctrinal denominado Tercera teoría universal, que propone una conformación de la sociedad que no es ni la marxista ni la capitalista.

«En algunas líneas centrales de su pensamiento», señala el profésor Martínez Montávez, «se vincula aún a la parcela del socialismo árabe de Naser, aunque tiene marcadas diferencias. Respecto a otras facciones socialistas árabes, las diferencias son mucho mayores. Gadafi ve como total el fracaso de los sistemas parlamentarios y por eso busca la representación popular directa. Lo que no queda claro es si existe otro sistema mejor en la práctica que el parlamentario, aunque éste no sea perfecto. Y dado que la formulación de las tesis gadafíes es muy reciente -sólo cuenta con cuatro años de existencia-, su aplicación o repercusiones en la práctica son muy limitadas.»

Apoyo popular

El objetivo del Libro verde es dotar al pueblo de unos principios teóricos que le permitan conformarse como comunidad nacional de una manera concreta y con un sentido pragmático. Para ello cuenta con el apoyo de una amplia base de ciudadanos. Apoyo popular que lo ha conseguido, según algunos, porque ha construido una conciencia nacional en el pueblo libio, porque ha creado bienes de consumo (casas, televisión en color, videotapes, lujosos automóviles) sobre la base de los petrodólares y porque ha mantenido un Estado policial rígido (su sistema de represión no sería la cárcel, sino otras medidas más drásticas).«En la parte tercera del libro, referida al ámbito moral y social, los problemas», dice el profesor Mártínez Montávez, «no están resueltos. Las tesis sociales de Gadafi son, en la medida en que están vinculadas a la doctrina islámica, más puristas y tradicionalistas que profundamente renovadoras. Por ejemplo, en lo que se refiere a la mujer, aunque Gadafi concede un mayor protagonismo a la mujer que el que se le da en la sociedad islámica, no alcanza las exigencias que plantean las mujeres islámicas de hoy.»

Gadafi mantiene que las mujeres son demasiado frágiles para competir con el hombre y que deben dedicarse a cuidar la casa y los niños. Gadafi ha negado que el Libro verde invoque la discriminación de los sexos. Él mantiene que la mujer no se debe casar contra su voluntad, y que debe tener el mismo derecho al divorcio que el hombre. «La mujer es la dueña de la casa», mantiene el líder libio, «porque es una de las condiciones inherentes a un ser que tiene menstruaciones, que concibe, da a luz y cuida de los niños. La mujer juega el papel de la belleza y la sensibilidad y el hombre el de la fuerza y la inteligencia. Y esto es así porque en parte es natural y porque es la regla básica de la libertad.»

viernes, 14 de octubre de 2011

Paul Breitner

El futbolista alemán, uno de los mejores volantes del mundo, era seguidor de Mao Tse Tung y de la revolución china.

Por Fútbol Rebelde

Paul Breitner, como muchos jóvenes de Alemania y el mundo en los años 70, tomó las banderas de la revolución cultural y del maoísmo. Hizo parte de la generación de mayo del '68, fue seguidor de Ho Chi Minh, lector del Libro Rojo y admirador del Che Guevara.


Llegó a ser jugador profesional en 1970 como lateral izquierdo. Con apenas 22 años, y luciendo el famoso “afro”, fue campeón mundial con la selección de la República Federal de Alemania. Fue una de las figuras del Mundial de 1974, y autor del gol de la final ante Holanda, la sorprendente "naranja mecánica". Pese a esto, no tuvo nunca una buena relación con la selección nacional: llegó a renunciar tres veces a ella.

Breitner pasó a jugar en el medio campo y fue fichado por el Real Madrid. Su llegada al club merengue fue equivalente a la de un marciano. ¡Un maoísta en el club de Franco! Encontrándose allí, dio muestra de su rebeldía al donar medio millón de pesetas como donativo a obreros metalúrgicos de la fábrica Standard que se encontraban en huelga. Con el equipo merengue logró dos ligas y una Copa del Rey.

Se dice que los dirigentes del Real Madrid lo consideraron “jugador conflictivo” y cancelaron su contrato. En 1978 regresó a su club de origen: el Bayern de Munich.

Con su selección jugó en 48 ocasiones y anotó 11 goles. Fue campeón del Mundial de 1974, jugado en su país; subcampeón de España '82; y campeón de la Eurocopa de 1972. A nivel de clubes fue campeón de la copa europea de clubes con el Bayer en 1974. Con este equipo logró también varios títulos nacionales.

Por su excelente rendimiento futbolístico y su potencia fue calificado como uno de los mejores centrocampistas de la historia. Se dijo de él que era un futbolista “capaz de pensar y poner en práctica con las piernas lo que concebía con la cabeza”. Todo en 13 intensos años de carrera como jugador profesional. Breitner se retiró en 1983 por una lesión. Un año antes, el Partido Comunista Chino había abandonado oficialmente el maoísmo.

El futbolista se volvió un ícono de la década de los 70. Siguió vinculado al Bayern de Munich y eventualmente hace de comentarista de televisión y prensa escrita.

lunes, 3 de octubre de 2011

Así se vivía el clásico capitalino

Fidel Cano, director de El Espectador, e hincha irredimible de Santa Fe, hace un recorrido por los clásicos de antaño del ‘León’, un viaje a la memoria de tiempos mejores para el fútbol.



Me hizo hincha del Santa Fe un título, pero soy un hincha sin títulos. Diez años tenía en aquel diciembre de 1975 cuando el equipo aquel del Pancho Hormazábal dio la vuelta olímpica en Medellín. Pero nunca había ido al estadio y en ese entonces no había transmisión por televisión. La primera vez que vi jugar al León fue al año siguiente, ya en la disputa de la Copa Libertadores. Y era un clásico. Qué días aquellos en que Santa Fe era el campeón y Millonarios el subcampeón. Ganó el Santa Fe, Sarnari hizo el gol. Desde entonces supe lo que era un clásico.

No recuerdo mucho de los de aquellos años. Willington Ortiz jugaba en Millonarios y el ‘Chato’ Velásquez casi siempre los pitaba. Ahí comenzó mi relación imposible con los árbitros, pues clásico tras clásico el viejo Willy entraba al área, caía, y había un penalti contra Santa Fe. A mí me parecía que todos eran unos regalos siempre. Y en la tribuna me enfurecía, gritaba, insultaba, me enemistaba con los aficionados azules que me rodeaban. Al final nos dábamos un abrazo y reíamos, ganara quien ganara.

Hoy acepto que la injusticia –que sigo creyendo real— con los penaltis al piscinero Willy tenía también que ver con la física. Willington era un chiquitín extremadamente hábil, regateador y veloz que en aquel entonces jugaba como puntero derecho neto. Nuestro marcador por ese costado era el buen “Cachaco” Rodríguez, que tenía una barriga “cervecera” que le impedía voltearse a tiempo cuando Willington ya había hecho el quiebre y entraba al área o levantaba el centro para otros tremendos jugadores azules, el “Ringo” Converti, Morón, Irigoyen... Se sufría mucho, pero sí, de sufrirlos tanto uno terminaba admirando a los ídolos azules casi como si fueran rojos. Eran otras épocas.

El mejor gol que recuerde en un clásico, de hecho, se lo vi a Converti. Se lo hizo a Luis Jerónimo López, nuestro gran arquero argentino. Era una noche fría. Y más frío quedamos los hinchas cardenales cuando Willington levantó el centro y Converti, de espaldas al arco y desde fuera del área, se levantó en el aire y metió una chilena fenomenal para golpear el balón seco y fuerte y meterlo arriba cerca del paral de Luis Jerónimo. Todavía hoy no sé por qué lo anularon, creo que por falta. Igual esa noche nos ganaron.

Llego hasta acá y me doy cuenta de que he hablado de los jugadores de Millonarios que tanto me hicieron sufrir y poco de los rojos que tantas dichas me dieron, que hicieron que el amor al rojo nunca se perdiera a pesar de esta sed de títulos. Pero no, ver a Ernesto Díaz arrancar por la banda, llegar a la raya final, levantar el centro y que Pandolfi llegara siempre a cabecear era un placer celestial. O al “Caneca” Tévez y al “Bimbo” Viáfara poniendo orden en el mediocampo. No he visto después a nadie parar el balón en su pecho como lo hacía el “caneca”. No me tocó mucho Cañón; llegó en el Santa Fe hasta el 75 y ya después me vino a tocar verlo en su regreso con el América. Pero estaba Céspedes, que era un jugador insoportablemente frío, pero tenía una virtud inmejorable: a Millonarios casi siempre le hacía daño.

Los clásicos luego de esas épocas cuando los equipos bogotanos eran grandes, y no solo por ser buenos equipos sino también por ser instituciones sanas, nunca volvieron a ser lo mismo. Años después fueron un asco, incluso. Después de esos, nunca volví.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Los mejores del mundo en El Campín

Santa Fe vs. Santos


En la foto: Pelé, capitán del Santos de Brasil; el chileno Mario Canessa, árbitro central del encuentro; y el yugoslavo Dragoslav Sekularac, capitán y figura del "Expreso Rojo". Retrato protocolario previo al partido.

viernes, 23 de septiembre de 2011

La ONU reconoce el derecho a la independencia y a la soberanía nacional del pueblo palestino

Yasser Arafat agradece el aplauso de la asamblea general de la ONU.

El 22 de noviembre de 1974 es adoptada por la ONU la Resolución 3236, que reafirma los derechos inalienables del pueblo palestino, como el derecho a la autodeterminación, a la independencia y a la soberanía nacional.

La Resolución también puntualiza al Secretario General el establecer contactos con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), en relación con todos los asuntos concernientes a la cuestión palestina.

En ese mismo día se le otorgó a la OLP el estatus de observador, bajo la Resolución 3237 de la Asamblea General, la cual invitó a la OLP a participar en las sesiones y trabajos de la Asamblea General, así como a todas las Conferencias Internacionales convocadas bajo los auspicios de la Asamblea General y de otros organismos de Naciones Unidas.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Huelga de trabajadores de la General Motors


Trabajadores de General Motors exhiben carteles con el lema "en huelga por la justicia". Caminan en torno a la planta de Fleetwood en Detroit, Estados Unidos. En la imagen aparece Leonard Woodcock, presidente del Sindicato de Trabajadores del Automóvil (UAW). Foto de 1970.

domingo, 18 de septiembre de 2011

El paso de Gabo por la revista Alternativa

Por Enrique Santos Calderón


No fue fácil convencer a García Márquez de fundar una revista de izquierda en la Colombia de mediados de los 70. Aunque tenía claros compromisos públicos con la causa, no creía en semejante aventura en un país donde la efervescencia de los grupos revolucionarios iba de la mano de su canibalismo político.

"No me metas en estas vainas que siempre fracasan", me dijo de entrada cuando le planteé la iniciativa, que veníamos discutiendo un grupo de amigos interesados en que los movimientos de izquierda -en esa época tan vigorosos como numerosos- tuvieran un medio de expresión distinto de las acartonadas publicaciones de cada grupo.

Él ya había tenido una reunión con otros impulsores del proyecto (Bernardo García, Orlando Fals Borda, Jorge Villegas), que le habían presentado un borrador de la revista, que a Gabo le pareció un triste boletín sindical. En su oficio de periodista había desarrollado, además, un arraigado prejuicio contra las revistas. "Es un medio desdichado en este país", me advirtió.

Para vencer tantas reticencias invoqué, a manera de cobranza personal, una aventura similar en la que él me había embarcado pocos meses antes y por la cual lo conocí: la creación del primer comité de derechos humanos colombiano. Fue a mediados de 1973, cuando el escritor Álvaro Cepeda Samudio me dijo que su gran amigo Gabito quería contactarme a propósito de un agrio debate que le habían armado sectores de la izquierda colombiana. La razón: el año anterior había donado los 25.000 dólares de su premio Rómulo Gallegos al recién fundado Movimiento al Socialismo (MAS) de Venezuela, y no a un grupo revolucionario nacional.

García Márquez acababa de recibir otro premio literario con 10.000 dólares (de la Universidad de Arizona) y quería consejos sobre a quién donarle esa plata en Colombia para evitar una nueva 'escandola'. Me sentí halagadísimo cuando el ya famoso autor de Cien años de soledad, con el que nunca había cruzado palabra, me llamó a preguntarme si lo indicado sería entregársela a alguna asociación de presos políticos. Cuando le dije que aquí no existía una entidad de esa índole, me dijo con su desparpajo caribe: "Pues fúndala, no joda, invéntatela". Asumí la complicada consigna, que significó convencer a media docena de escépticos líderes sindicales y campesinos, y así nació el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos. Y, poco después, la revista alternativa. Y, lo más duradero, una gran amistad.

Gabo aceptó que me debía una y eso selló su respaldo al lanzamiento, en febrero de 1974, de la más difundida publicación en la historia de la izquierda en Colombia. El primer número, con ruidosa portada sobre la contraguerrilla, que fue decomisado en algunos puestos de venta de Bogotá, anunciaba el propósito de trabajar por la 'unidad crítica' de la izquierda. Tal era el tamaño de la ilusión.

García Márquez compartió, pese a sus resquemores, el espíritu de alternativa, que encajaba bien con su postura pública como escritor comprometido y crítico acérrimo de las dictaduras militares. Aunque ya era considerado el novelista más importante de América Latina, rompió con la literatura tras el golpe militar contra Allende en Chile. Poco antes de su sonada "huelga literaria contra el fascismo", había entrado a formar parte del Tribunal Russell contra la Tortura y colaboraba en París con Jean Paul Sartre en un trabajo sobre el militarismo brasileño y chileno.

La política había pasado a copar el centro de su atención. "Estoy tan metido en la política que siento nostalgia de la literatura", dijo por esos días en la revista española El Viejo Topo.

Ya integrado al equipo de alternativa, en las reuniones iniciales en Bogotá, le preguntábamos mucho por el sentido de esta pausa literaria y siempre recalcaba que él no era un hombre político, pero que la realidad lo había metido forzosamente en eso y que en América Latina todo el mundo tenía que ser político.

En una larga entrevista que le hicimos a los pocos meses de aparecida la revista, reveló que en alternativa había encontrado "una forma de militancia política que he buscado durante muchos años: un trabajo periodístico serio y comprometido hasta el tuétano...". Fue una conversación de varias horas en mi casa con el comité editorial, en la que Gabo habló de la evolución de su pensamiento político, de su adhesión al MAS venezolano como caso único de militancia partidista, de su fidelidad a la revolución cubana y de su propósito de utilizar la pausa literaria para dedicarse a causas como la lucha contra la dictadura militar de Pinochet. Ante nuestro acoso para que fijara posición sobre todos los temas imaginables, entre resignado y exasperado, terminó advirtiendo que "nadie espere de mí, en el campo de la política, nada distinto, ni más importante, ni más heroico, que mi trabajo en esta revista".

No resultó así, porque García Márquez se involucró entonces en toda suerte de proyectos y campañas nacionales e internacionales. Víctima de su propio invento, si se quiere. De la declarada intención de poner su prestigio y su pluma al servicio de la revolución. Y la 'huelga literaria' nunca supuso una ruptura con su trabajo de escritor, pues a partir de ese momento se concentró en reportajes y artículos para alternativa y otras publicaciones europeas y latinoamericanas.

Fue así, pues, como García Márquez terminó metido en un proyecto de periodismo militante que lo sumergió de lleno en el hervidero fragmentado de la izquierda colombiana de los años 70. Contra todo pronóstico, y pese a nuestro deliberado desdén por la ecuanimidad o el equilibrio informativos, alternativa duró hasta 1980 y marcó un hito en la historia del periodismo de oposición en Colombia.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Salvador Allende presidente de Chile

El 4 de septiembre de 1970 Salvador Allende, candidato de la Unidad Popular, es elegido presidente de Chile.



Discurso de Victoria Electoral

Pronunciado la mañana del 5 de septiembre de 1970, desde el balcón del edificio de la Federación de Estudiantes de Chile en Santiago.


Con profunda emoción les hablo desde esta tribuna por medio de estos deficientes amplificadores. !Qué significativa es -más que las palabras- la presencia del pueblo de Santiago que, interpretando a la inmensa mayoría de los chilenos, se congrega para reafirmar la victoria que alcanzamos limpiamente el día de hoy, victoria que abre un camino nuevo para la patria, y cuyo principal actor es el pueblo de Chile aquí congregado. Qué extraordinariamente significativo es que pueda yo dirigirme al pueblo de Chile y al pueblo de Santiago desde la Federación de Estudiantes. Esto posee un valor y un significado muy altos. Nunca un candidato triunfante por la voluntad y el sacrificio del pueblo usó una tribuna que tuviera mayor trascendencia. Porque todos lo sabemos: la juventud de la patria fue vanguardia en esta gran batalla, que no fue la lucha de un hombre, sino la lucha de un pueblo; ella es la victoria de Chile, alcanzada limpiamente esta tarde.

miércoles, 31 de agosto de 2011

miércoles, 17 de agosto de 2011

México '70: Brasil tricampeón mundial


Brasil ganó su tercera copa mundial en México 1970, cuyo equipo es considerado como uno de los mejores de la historia. Antes de disputarse el torneo, Pelé regresó a la selección nacional a pesar de haber decidido no volver a jugar en otro Mundial.

Brasil se apoderó con autoridad del trofeo Jules Rimet, con jugadores como Clodoaldo, Gérson, Rivelino, Tostao, Jairzinho, Pelé y Carlos Alberto. La final se disputó en el estadio Azteca de la ciudad de México frente a unos 107.000 espectadores, donde se impondría a la selección de Italia 4-1.

Fue la consagración de Pelé como único futbolista en el mundo en ganar tres veces una Copa Mundo. El máximo anotador de la selección brasileña en dicho torneo fue Jairzinho con siete goles, seguido de Pelé con cuatro.

Al ser el primer equipo en ganar tres veces el torneo, Brasil se adjudicó la Copa, que fue hurtada de una exhibición en la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol en Río de Janeiro. El trofeo nunca fue recuperado, pero fue diseñado una réplica.

jueves, 11 de agosto de 2011

sábado, 6 de agosto de 2011

El blues del bus


Canción de 1973. Composición de Jaime Córdoba para la Banda Nueva, registrada en su único disco, "La gran feria", y rescatada con motivo de la exposición Bogotá Retroactiva.

miércoles, 27 de julio de 2011

Emotiva historia de un león en el centro de Londres

En 1969 dos amigos australianos salieron caminando de los famosos almacenes Harrods con un león. Lo llamaron "Christian" y durante un año se convirtió en la mascota favorita de diseñadores y músicos en el barrio de Chelsea, en el oeste de Londres.

Inevitablemente las vidas del animal y de sus compañeros humanos se tuvieron que separar cuando "Christian" creció. El león fue trasladado a la sabana africana, en donde recibió una visita inesperada.


Fuente: BBC Mundo