miércoles, 21 de diciembre de 2011

Proclamación de la ideología Juche


En 1975, Kim Il Sung publica ¡Juche!, obra en la que se pone la base de la teoría que orienta a la República Popular Democrática de Corea. Muestras de su pensamiento son las siguientes frases incluidas en el libro:

-Estamos haciendo la revolución coreana. Y todo lo que a ella afecta, los coreanos saben cómo afrontarlo mejor que nadie. El aspecto fundamental de la revolución coreana, y que los coreanos decidimos, es que nuestra fuerza es el factor decisivo en nuestra victoria.

-Ningún extranjero puede darnos la receta de qué hacer con nuestra revolución. Para poder llevarla a buen fin con éxito, los coreanos deben utilizar su cerebro, resolver los problemas con su enfoque, un enfoque que debe hacerse conforme a los intereses de la revolución coreana.

-Nuestro partido adoptó con fuerza la idea Juche, para resolver los problemas de la revolución y la construcción del socialismo con independencia, según las condiciones propias de nuestro país, con nuestro propios enfoques; y nosotros, todo el pueblo, formaremos una piña alrededor del espíritu de una autoafirmación que nos llama a crear una revolución y construcción del socialismo y el comunismo en nuestro país, con nuestros enfoques y los recursos de nuestro país, separándonos de la idea de depender de otros.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Recordando el 19 de diciembre de 1971

Hace 40 años, el 19 de diciembre de 1971, el estadio Monumental de Núñez fue protagonista de la apasionante semifinal del Torneo Nacional entre los dos grandes de Rosario: Central y Newell's. Los canallas vencieron 1-0 con un legendario gol de palomita de Aldo Pedro Poy.


Por Pablo Aro Geraldes
Periodismo de fútbol internacional


Tres días después, Rosario Central vencía 2-1 a San Lorenzo en el Parque Independencia y conquistaba el primer título de AFA de su historia, pero en el corazón de los hinchas la victoria en aquella semifinal contra el clásico y eterno rival sería el momento más recordado. Inolvidable. La fecha histórica del 19 de diciembre de 1971 inspiró al genial Roberto Fontanarrosa, canalla de alma, a titular uno de sus cuentos más brillantes.

Es una ficción que gira en torno al partido real. Trata la historia del viejo Casale, quien nunca en su vida había visto perder a Central en un clásico contra Newell's Old Boys. Ante la importancia del partido, un grupo de amigos del hijo de Casale decide invitarlo a viajar a Buenos Aires con ellos. Los muchachos estaban seguros que Casale era un talismán, pero el viejo se niega a acompañarlos alegando una enfermedad del corazón. Ante esta negativa, la barra de amigos centralistas decide planear un secuestro y llevar engañado a Casale al Monumental.

Lo que sigue es tan desopilante como el comienzo. Pero ningún resumen se acercará a la narración gloriosa del Negro Fontanarrosa. En su página web se puede leer el cuento completo.

También en este enlace de Fútbol Rebelde.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Guillermo Cano y su "Libreta de apuntes"


Guillermo Cano, director de El Espectador, creó en enero de 1979 su columna de opinión, llamada "Libreta de apuntes". En ella comenzó a registrar sus opiniones sobre el país y sus apremios por la violencia, la corrupción y el narcotráfico.

Cano fue acribillado por la mafia la noche del miércoles 17 de diciembre de 1986, cuando salía de las instalaciones del diario, ubicadas en la carrera 68 con calle 23 de Bogotá.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Carlos El Chacal



Por Javier Valenzuela

Ilich Ramírez Sánchez, recién condenado en Francia a una segunda cadena perpetua, debe su apodo de El Chacal a un personaje de ficción creado por el novelista británico Frederick Forsyth. Si la prensa europea comenzó a llamarle así en la segunda mitad de los años 1970 fue porque la Policía francesa había encontrado un ejemplar de la novela El día del Chacal, de Forsyth, en un apartamento recién abandonado por el venezolano.

La frialdad a la hora de matar es el rasgo que comparten Ilich Ramírez Sánchez y el personaje de ficción de Forsyth. Por lo demás, sus historias son diferentes. El thriller político El día del Chacal, publicado en 1971 y llevado a la gran pantalla en un par de ocasiones por Hollywood, trata sobre un sicario contratado por el grupo terrorista de ultraderecha OAS para matar a Charles de Gaulle a comienzos de los años 1960. Personaje de carne y hueso, Ilich Ramírez Sánchez fue uno de los hombres más buscados del planeta en la segunda mitad del pasado siglo como autor de espectaculares y sangrientos atentados terroristas cometidos en nombre de la causa palestina.

A Ilich Ramírez Sánchez siempre le ha indignado ese apodo de El Chacal, esa comparación con un asesino profesional al servicio de la ultraderecha. Él se consideraba, y se considera, un “guerrillero revolucionario”, un “combatiente antiimperialista”. En realidad, su nombre de guerra entre los grupos terroristas palestinos y las organizaciones armadas de extrema izquierda europeas de la época era Carlos. No obstante, la asociación con un depredador era, y es, tan sugerente que para siempre jamás el venezolano será conocido, a su pesar, con el alias de Carlos el Chacal.

La noticia de la segunda cadena perpetua que le cae encima al venezolano revive el mundo de las organizaciones violentas de ultraizquierda de los años 1970 y 1980. Él estuvo en el epicentro de aquella delirante agitación. Moviéndose entre París y Londres, con frecuentes saltos a Oriente Próximo, era el enlace entre el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), de George Habache, y grupos como la banda alemana de Baader-Meinhof y el Ejército Rojo Japonés. Su misión: organizar atentados contra personas, organizaciones o empresas vinculados con Israel o con los regímenes árabes que traicionaban la causa palestina. Ante el tribunal francés que ha terminado por condenarle, Carlos soltó un discurso de cinco horas negando los hechos de los que le acusaban pero reivindicando aquella causa.

Nacido en Venezuela en 1949, Ramírez Sánchez debe su nombre propio al entusiasmo por la Unión Soviética de su padre. A sus tres hijos, el abogado comunista José Altagracia Ramírez Navas les puso los nombres de Ilich, Vladimir y Lenin. Ilich estudió en La Habana en la segunda mitad de los años 1960 y se supone que allí fue reclutado por el KGB soviético. Completaría su adiestramiento ideológico y formación guerrillera en la Universidad Patricio Lumumba de Moscú.

Incluso en sus años de máxima clandestinidad, cuando era buscado por los servicios de medio mundo, Carlos siempre fue un mujeriego contumaz, un gran bebedor y un amante de las fiestas. Es probable que esa conducta fuera la causa de que terminara siendo expulsado de Moscú. Instalado en París, no tardó en buscarse una nueva causa a la que servir: los palestinos y, en concreto, una de sus facciones más extremas, el FPLP de Habache.

A partir de ahí, su historia es una reguero de hechos violentos. En 1973 fue a Londres y le disparó personalmente con una Beretta al propietario de las tiendas Marks & Spencer, prominente figura del sionismo inglés. No logró matarle. El año siguiente, su comando colocó tres coches bombas en diarios parisinos y, usando a japoneses del Ejército Rojo, asaltó la embajada francesa en La Haya. En 1975, cuando un equipo de la DST, el servicio de inteligencia interior francés, fue a inspeccionar un piso, Carlos, que celebraba allí una fiesta con estudiantes latinoamericanos, reaccionó con rapidez: sacó una pistola, abrió fuego, mató a tres de los agentes y escapó.

Se refugió en Yemen del Sur y reapareció con su acción más espectacular: la ocupación armada, en diciembre de 1975, de la sede la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en Viena. El grupo dirigido por Carlos mató a tres personas, secuestró a 42, incluidos once ministros, negoció una huida en avión a Argelia con un grupo de rehenes, allí los liberó y desapareció del mapa. En 1982 volvió a matar en Francia con un coche bomba ante un periódico y atentados con explosivos en ferrocarriles.

En paradero desconocido desde entonces, Carlos fue capturado en 1994 en Jartum, tras ser “vendido” por el régimen sudanés. Un comando de los servicios secretos que dirigía el ministro Charles Pasqua lo apresó, lo subió a un avión militar y se lo llevó a Francia Allí ha sido juzgado dos veces –la última ahora- y condenado en ambos casos a cadena perpetua.

Aunque a partir de determinado momento Carlos dispusiera de un grupo propio, la Organización de Revolucionarios Internacionalistas, nunca ha quedado claro quién era su patrocinador. ¿El KGB soviético, la Stassi de la Alemania oriental, el déspota iraquí Sadam, el tirano libio Gadafi? ¿Una vez unos, otra vez otros?

En 2010, con motivo del estreno en el Festival de Cannes de Carlos, una serie televisiva de tres episodios sobre su vida (biopic), hizo saber desde prisión que no se identificaba con el personaje contado por el director francés Olivier Assayas. Y en concreto, rechazó que hubiera sido Sadam el promotor del asalto a la OPEP. Fue Gadafi quien estuvo detrás de aquello. Pero, según el venezolano, lo conveniente entonces (2010) era culpar al fallecido Sadam para justificar retrospectivamente la invasión de Irak, mientras que Gadafi había sido “rehabilitado” por Estados Unidos y Europa.

La serie dirigida por Assayas, en la que el actor venezolano Edgar Ramírez interpreta a su compatriota, ganó el Globo de Oro de 2010 al mejor filme hecho para la televisión. Es de buena factura y recrea muy bien la atmósfera de tabaco, alcohol y sexo combinados con delirios revolucionarios de los grupos ultraizquierdistas de los años 1970.

Genio y figura, Carlos del Chacal declaró en 2007, en una entrevista con The Times en la prisión de Clairvaux, que los terroristas de Al Qaeda no eran unos “profesionales”. “Ni están organizados”, dijo, “ni tan siquiera saben hacer explosivos y detonadores como dios manda".

viernes, 9 de diciembre de 2011

El son del tren


Canción de Rita Fernández Padilla, interpretada por Fruko y sus tesos. Versión para la telenovela sobre el Joe Arroyo.

domingo, 4 de diciembre de 2011

El debut de Sócrates en Corinthians

El 20 de agosto de 1978 debutó Sócrates en el equipo del pueblo paulista: el Corinthians. Un hincha del "Timao" recuerda ese día así:

Nasci em 1971, e estava com 6 anos nesse dia, meu pai torcedor do Timão escutava na radio, uma partida contra o Santos, saímos perdendo por 1×0, e um rapaz magro de cabelos espalhafatosos, seguiu para dentro do gol de nosso arqueiro Jairo, pegando a bola, e levando-a calmamente para o meio de campo, conversou com cada um de seus companheiros, o timão acabou empatando aquele jogo, com isso, mostrou para que veio, liderar uma equipe maravilhosa, Sócrates desde aquele dia, se tornou para mim, o melhor e mais respeitado ídolo corintiano.


Seus companheiros naquela partida Jairo, Luiz Cláudio, Amaral, Mauro, Ademir e Wladimir; Nobre, Wagner, Palhinha, Vaguinho, Rui Rei e Romeu, não podiam imaginar que estavam vivenciando um momento histórico, o inicio de uma paixão, entre Sócrates e o Corinthians, hoje ele é uma lenda viva.

Tomado de: http://www.loucospelotimao.com