viernes, 28 de octubre de 2011

La "explosión" cubana en los Juegos Panamericanos de Cali 1971

Santiago de Cali obtuvo la sede en los anteriores Juegos de Winnipeg y contó con 31 países en son competitivo del 31 de julio al 13 de agosto, 2.996 participantes, 20 deportes y 194 pruebas.



Cuba venció a Estados Unidos en baloncesto.

Por Enrique Montesinos
Granma


A nadie se le ocurriría obviar al jamaiquino Donald Quarrie y al cubano Pedro Pérez Dueña como los astros del atletismo en los VI Juegos de Cali 1971. Aunque hubo 20 campeones de Estados Unidos, de 24 posibles, ninguno resplandeció universalmente como aquellos.


Quarrie igualó con 19.8 la primacía para los 200 m, además de conquistar los 100 y colaborar con la tercera dorada de Jamaica como rauda flecha en el cierre de la posta corta.

Pedro Pérez Dueña, un jovencito de 19 años y constitución física aparentemente impropia para el triple salto, no contaba como vencedor de estelares del rango del brasileño Prudencio, subcampeón olímpico y por minutos recordista mundial (17.27) durante aquella fiesta de marcas de los Olímpicos México’68, terminada por el soviético Victor Saneiev con 17.39.

Pero la noche del 5 de agosto de 1971 el cubano adquirió protagonismo desde su primer intento, con un 16.92 pulverizador de la primacía continental más antigua, 16.56 del coloso Adhemar Ferreira Da Silva desde México’55.

Inspirado, el hoy médico dejó pasmados a entendidos y profanos al estirarse seguidamente hasta un coto de leyenda por entonces, ¡17.40!, récord del mundo, superior por la mínima al de Saneiev.

En el atletismo femenino acompañaron a Pérez Dueña las lanzadoras Carmen Romero, disco, y Tomasa Núñez, jabalina, fallecida después en plena juventud, ambas con récords.

Los puños cubanos volvieron como los mejores, cuatro de once coronas, pues se incluyó la categoría de 48 kg, con dominio de Rafael Carbonell. Repitieron Enrique Regüeiferos, en 63,5; Rolando Garbey, de nuevo en 71; y se sumó en 67 Emilio Correa, novel sustituto del lesionado campeón anterior Andrés Molina.

No pasamos por alto el debut del mejor peso completo aficionado de todos los tiempos, Teófilo Stevenson, bronce al perder frente a Duane Bobic, la llamada Gran Esperanza Blanca, cuya aureola de invencible destrozó al año siguiente en Munich’72, noqueándolo en el tránsito semifinal hacia el primero de sus tres cetros olímpicos.

Otros deportes individuales

Cintillos periodísticos mereció la épica cuarteta de 100 km contra reloj —Galio Albelo, Aldo Búfalo Arencibia, Roberto Menéndez y Pedro Rodríguez—, oro histórico del pedalismo cubano a ese nivel.

La esgrima repartió 9 medallas per cápita para Estados Unidos (5-2-2) y Cuba (3-4-2). La gimnasia cubana obtuvo 5 de 7 entre varones y Estados Unidos las 6 femeninas para encabezar el bello deporte, lo mismo que en lucha, en cuyo colchón sus gladiadores llavearon 7 de 10 divisiones, mas Cuba líderó en metales, 10 (3 de oro y 7 de plata).

En la plataforma de pesas nueve divisiones repartieron 36 juegos de preseas, segundo deporte cuantitativo, con 30 para Estados Unidos y 28 para Cuba, mejor el primero en oros, 19 por 7.

Ocho conjuntos de Cuba ascendieron al podio de premiaciones, con mención para la novena beisbolera en su invicta reconquista del gallardete. También brilló el voleibol, en pareja. Subtítulo en polo acuático y bronces en fútbol y baloncesto (m y f).

Al compendiar los resultados globales se aquilató la proeza del deporte cubano, flamantemente instalado detrás de Estados Unidos. Un año antes la Isla "detonó" en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, pero ni soñar con desplazar a naciones de mayor desarrollo, muy superiores en territorio y en población.

El lema: ¡En Cali, 1 por 3!, solo promovía tantas medallas como en las tres citas anteriores. Más resultó batido con creces, pues de 72 (14-24-34) se llegó en salto de excelencia hasta 105 (30-49-26).

La explosión continental aturdió con la conquista de seis títulos más que los 24 de cinco Juegos previos y por apenas cinco no igualó de un tirón las 110 preseas tricolores acopiadas desde Buenos Aires’51.

Estados Unidos volvió a puntear cómodo en la tabla, 105 oros, pero con 15 menos, no obstante las 24 pruebas más que en Winnipeg.

En colectivos tuvo un perfil intrascendente al solo ganar en polo acuático y naufragó hasta en su patrimonial baloncesto (m), ausente de los seis primeros puestos cuando jamás había tropezado. Papel decisivo jugó la costosa derrota a manos de Cuba, 69-73, pues Brasil aventajó al quinteto isleño 73-68 y aunque cayó frente a Estados Unidos 79-81, auriverdes y antillanos dejaron en la cuneta del grupo a los norteños por diferencia de puntos.

Así fue Cuba segunda en Cali. Así continuaría.

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